El acto del 2A fue importante y también todo lo previo. Ante la crisis de AFAVI, en poco tiempo se pudo confluir con un grupo de Familiares que decide trabajar con Asambleas por el reconocimiento a Barrio Norte o Castelli. Un bautismo de fuego fue el escrache “la ola naranja nos inunda” a Scioli, Bruera y referentes K.
Este acto fue un hecho político del sector de Familiares y Asambleas más real y genuino. Crítico al gobierno y también a la oposición (Massa, PRO, UCR) por no poner su mayoría legislativa a favor del reclamo.
Vilma Ripoll fue de los escasos políticos, jugada por la causa, que tuvo un papel destacado dada su lucha. Así lo reconocieron importantes medios. Hubo que sortear intrigas y trabas de quienes juegan para el radicalismo, Carrió o el oficialismo.
El carácter más de festival del otro espacio, permitió instalar por qué emergen dos sectores. Con el MST no dudamos dónde estar. Otros como PO o PTS, pese a que retrocedieron, bancaron a un cuestionado AFAVI, reducido en familiares y asambleas.
Esta gran iniciativa coloca el desafío de alcanzar justicia, obras y subsidios.

Francisco Torres