Con las paritarias en pleno desarrollo se puso en evidencia, una vez más, cuál es la variable de ajuste elegida por los de arriba. Cristina amenazando con el veto, las patronales exigiendo un decreto, han sellado un pacto de clase: imponer a los trabajadores un techo del 25%. Es necesario y hay condiciones para resolver la convocatoria al paro nacional. Por el salario y un plan de emergencia para que no sigamos pagando la crisis.
A pesar de los discursos populistas de ocasión, cuando se trata de reclamos obreros gobernantes y “opositores” aparecen juntos de un mismo lado del mostrador: el de las patronales. Los patrones, que hacen previsión frente al parate productivo y la crisis internacional no necesitan de dobles discursos: “estamos totalmente de acuerdo con el tope que propone el gobierno”, expresó Héctor Méndez, presidente de la UIA.
Mientras Kicilloff anunciaba el cambio trucho en ganancias, el gobierno pactaba en la trastienda con los empresarios. Cada actor lleva adelante su parte del guión. Cepo a las paritarias y mantener congelado el salario mínimo. Hace dos años que ni siquiera montan el circo del Consejo del Salario. Y al millón de trabajadores que ganan un poco más, le sacuden con el impuesto.
La UIA a través de su vicepresidente pide que el gobierno otorgue un aumento por decreto, el gobierno amenaza con vetar cualquier “exceso”. Y ahora los patrones se victimizan aduciendo que no pueden aceptar ningún aumento que no sea en cómodas cuotas. El ministro caradura Aníbal Fernández dijo que “El Índice de Precios al Consumidor Nacional urbano no se ha escapado…oscilará entre el 15 y el 20 por ciento”. Ambos coinciden en apretar a los trabajadores para que acepten el techo salarial.
Pero la realidad es otra: mientras los trabajadores del INDEC sitúan la canasta básica entre 12 y 15.000 pesos según la región, las autoridades del instituto tampoco ofrecen estadísticas sobre cantidad de pobre por considerarlo “estigmatizante” (según Kicillof). La Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas indica que abril cerró con una suba del 2,1% en la canasta de pobreza. Uno de cada tres argentinos está por debajo de esa línea de dignidad.
No sólo el gobierno está en la vereda de enfrente. También los “opositores” alineados con Macri o Massa que gobiernan jurisdicciones son cultores del mismo ajuste. Cristiano Ratazzi, presidente de la Fiat, fue absolutamente contundente: “No me preocupa si gana Scioli o Macri… los dos me dicen que debemos volver a exportar mucho, y eso será bueno para nosotros”.
Ponerle fecha al Paro Nacional
La bronca crece y aumentan los conflictos. Los aceiteros están en paro indeterminado denunciando a las cerealeras que casi triplicaron sus ganancias. Niegan siquiera discutir un aumento, cuando en 2014 Cargill facturó 26 mil millones de pesos y Dreyfus 20 mil millones. Los bancarios lanzaron 24 hs de paro frente a la intransigencia de patronales que no pagan un peso por las transacciones financieras. En el marco de otras luchas en sectores estatales como los docentes, estatales y trabajadores de la salud, que por la presión inflacionaria exigen reapertura de las discusiones.
Cavlieri y Gerardo Martínez se apresuraron a cerrar acuerdos a la baja, pero no lograron ponerle un dique a las protestas. Otros dirigentes oficialistas se ven obligados a hacer algunos gestos, después de años de connivencia en las cortes kirchneristas. Caló llamó a un paro de la UOM (sospechosamente frenado con una conciliación obligatoria express) y quiere firmar un aumento del 28%…en dos cuotas. La CGT oficialista mantiene silencio para no hacer olas, mientras se arman las listas electorales. Yasky sigue haciendo campaña por el gobierno, con actos en el Luna Park, pero de los derechos de los trabajadores no dice una palabra. Mientras esos dirigentes vendidos siguen cuidando los bolsillos empresarios y gubernamentales, Moyano y Barrionuevo empezaron a recordar que había quedado pendiente una medida desde…. el 31 de marzo.
Ahora se ha anunciado la preparación de un paro de la CATT (Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte), para la primera semana de junio. La CTA Autónoma viene insistiendo en la necesidad del paro nacional. Hay condiciones de sobra para convocar esta medida. Y hay que prepararlo, desde abajo y desde ahora. Si se quiere garantizar su masividad y contundencia hay que ponerle fecha concreta y debatirla en cada lugar de trabajo, para que sean los trabajadores quienes construyan la medida. El paro de 36 hs se impone, tiene que ser con movilizaciones, de carácter activo. Y tener continuidad, abandonando esa costumbre de los paros aislados, que desalientan a los trabajadores y no sirven para derrotar el ajuste.
Un programa de emergencia
Frente a esta evidente declaración de guerra a los trabajadores y al pueblo para que paguemos los platos rotos de la crisis, necesitamos unificar las peleas alrededor de un programa que responda a las necesidades del conjunto. No solamente por el impuesto al salario, tremenda limitación que tuvo la medida del 31 de marzo en manos de la vieja burocracia.
En nuestro país hay recursos suficientes para responder a las demandas del pueblo trabajador. Pero necesitamos un modelo diferente.
Por eso, además de salir a la calle por el salario, las jubilaciones y los presupuestos sociales hay que proponer medidas para que se puedan garantizar.
Hace falta una reforma impositiva total, eliminando el IVA de la canasta familiar y el impuesto al salario; pero restituyendo los aportes patronales y terminando con las ventajas impositivas para las corporaciones financieras y grandes empresas. Hay que dejar de pagar la fraudulenta deuda externa y volcar esos fondos a la generación de trabajo genuino. Con esos enormes recursos se podría lanzar un plan de viviendas populares, dar un aumento salarial de emergencia y garantizar el 82% móvil a nuestros jubilados.
Se deben prohibir por ley despidos y suspensiones, pasando a manos del estado (con control de los propios trabajadores) a toda empresa que lo haga.
Estas y otras medidas orientadas en el mismo sentido, permitirían atacar los grandes problemas que tiene el país y al mismo tiempo mejorar la situación de millones de trabajadores.
Guillermo Pacagnini