Los funcionarios impunes, los trabajadores tras las rejas

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Condenan al motorman del accidente de Castelar

El 13 de junio del 2013, el tren chapa 1 conducido por Daniel López, se estrelló contra el Chapa 19 en la estación de Castelar. Unos meses después de la masacre de Once el Sarmiento volvía a ser noticia. Como nos tiene lamentablemente acostumbrados, la injusticia argentina condenó al motorman y quiere aprovechar para deslindar las responsabilidades del estado y los empresarios.

Un juicio politizado que busca sentar precedente

Las declaraciones del abogado querellante, Gregorio Dalbón, no dejan lugar a dudas. Sus intenciones tienen que ver fundamentalmente con estigmatizar a los trabajadores ferroviarios como los máximos responsables de los casos de Castelar y Once, ocultando los años de desinversión y entrega de los recursos ferroviarios y deslindando las responsabilidades más que claras de empresarios como Cirigliano o funcionarios del Estado Nacional como Jaime, Schiavi o el propio Randazzo.
“Esta condena puede ser un antecedente con motivo del juicio por la tragedia de Once, porque queda en claro que los motorman no son santos” con esas palabras, Dalbón deja más que claro cuales son sus intenciones: demostrar que los motorman no son santos, de los que se robaron todo durante años, ni una palabra.

Comisión investigadora independiente para ir hasta el final

No hay dudas de que es posible que haya errores o intencionalidades de un motorman en una accion determinada. Por supuesto que no defendemos a la burocracia sindical de la Fraternidad, cómplice del desguace y la entrega de los ferrocarriles. Pero tampoco confiamos ni un poco en los juicios expres, que dejan de lado pruebas y que parecen un proceso de la inquisición.
Consideramos que la mejor manera de llegar hasta el final de ésta y otras investigaciones fundamentales, como la de la masacre de once, es necesario constituir una comisión investigadora independiente, conformada por familiares de las víctimas, técnicos y organizaciones sociales.
De esta manera se podría garantizar un procedimiento que esté movilizado por la búsqueda de lo que realmente sucedió, teniendo en cuenta el proceso de años de deterioro de la infraestructura ferroviaria y las estafas enormes generadas por los privados que no pararon de enriquecerse mientras el servicio se desmoronaba.
El esquema actual lo único que garantiza es impunidad para los Jaime y los Schiavi y castiga a los trabajadores, el eslabón mas débil de una intrincada cadena de responsabilidades.
Si nos conformamos con estas ficciones judiciales, y nos contentamos con el castigo ejemplar a un motorman, dejamos abierta la puerta a que las tragedias se repitan, ya que los verdaderos responsables no solo están libres, sino que en muchos casos, siguen al frente de organismos del Estado.

M. C.

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