Vilma, ¿está recrudeciendo la violencia de género?
Estas últimas semanas hubo muchos casos de femicidio: la médica acuchillada en Puerto Madero, la maestra cordobesa atacada frente a sus alumnos, la mujer muerta en pleno Caballito ante miles de personas, la chica de Rufino asesinada por el novio… Cada uno genera un gran impacto y muestra que la violencia de género y el femicidio hoy están entre los mayores problemas de las mujeres.
La falta de respuestas del Estado empieza con que ni siquiera hay estadísticas. Sobre femicidio, las únicas cifras disponibles cada año son las de La Casa de Encuentro. La Oficina de Violencia Doméstica de la Corte Suprema publica la cantidad de casos atendidos, pero no hay ningún relevamiento nacional oficial. Lo que sí veo en la calle es una creciente sensibilidad social y la necesidad de medidas urgentes para frenar el flagelo que viven miles y miles de mujeres en todo el país.
Al ex marido y agresor de Alejandra Rubio lo condenaron a sólo tres años y es excarcelable. ¿Qué problemas ves en la justicia y qué cambios proponés?
El caso de Alejandra muestra la verdadera cara del sistema judicial. En vez de condenar duramente al ex marido que casi la mata a golpes, le ofrece que el último día del juicio se declare culpable a cambio de una pena excarcelable. ¿Y la seguridad de Alejandra y sus hijos?
Es una justicia patriarcal, que beneficia al varón violento y culpabiliza a la mujer víctima. Lo mismo pasó en Córdoba cuando buscábamos a Paola Acosta y su hijita Martina: el fiscal nos decía que ella se habría ido “por su cuenta” y otras barbaridades…
Para cambiar esto hay que elegir a los jueces y fiscales por voto popular y que sus cargos sean revocables. Es decir, control social. Lo mismo en la policía. No sirven “comisarías de la mujer” en el marco de una institución represiva de por sí y machista: también a los comisarios los debe elegir el pueblo y controlar su accionar. Y toda oficina que reciba denuncias, sea judicial o policial, debe trabajar con perspectiva de género. O sea, de contención y defensa de la mujer; no donde vuelvan a violentarla y cuestionarla. Y deben dar respuestas inmediatas, con medidas contra el violento y apoyo a la mujer y sus hijos que son víctimas.
¿Por qué insistís tanto en la necesidad de las casas-refugio y los subsidios de reinserción?
Es que si no se puede excluir al violento del hogar, lo primero que necesita una mujer en situación de violencia es un lugar concreto adonde ir con sus hijos, para protegerse. Si las mujeres no tienen casas-refugio transitorias a donde ir, en cada barrio, que funcionen las 24 horas y donde les brinden asistencia, se las condena a volver con el agresor por la dependencia económica. Incluso, para presentar la denuncia, la mujer tiene que saber que cuenta con un lugar alternativo adonde ir.
En su Manual de legislación sobre la violencia contra la mujer, de 2010, la ONU recomienda “una casa de acogida o refugio por cada 10.000 habitantes donde se facilite alojamiento seguro de emergencia, asesoramiento calificado y asistencia para la búsqueda de alojamiento a largo plazo”. Una casa-refugio cada 10.000 pesonas es una por barrio. ¡Mirá qué mal estamos, que en Buenos Aires, la capital del país y con casi tres millones de habitantes, hay una sola! ¡Y peor en el interior!
El otro paso necesario son los subsidios de reinserción habitacional y laboral, para que la mujer pueda rehacer su vida independiente. Para ambas medidas hace falta presupuesto y por eso exigimos que se declare por ley la Emergencia en Violencia de Género. Con esta propuesta vamos a ir el 3 de junio a la convocatoria unitaria en Congreso, donde hoy la consigna es Ni Una Menos.
¿Por qué existe la violencia de género? ¿Es inherente a los hombres o hay causas sociales?
Desde ya el problema no está en el ADN masculino, sino en el sistema social. Opresión a la mujer hay desde hace siglos. Y hoy el capitalismo la aprovecha en su favor al asignarnos a las mujeres toda la tarea doméstica, que no se paga. La mujer trabaja horas y horas gratis para que el marido al otro día pueda ir al laburo, y para criar hijos que serán los futuros trabajadores. La ganancia que producen se la lleva el patrón. ¿Y sabés cuál es el valor económico de ese enorme trabajo social de las mujeres? ¡Un tercio del Producto Bruto, o sea de todo lo que produce el país!
De la diferencia biológica entre mujer y varón el capitalismo hizo una desigualdad social y cultural: así no se diga, la mujer vale menos. Por eso somos las más desocupadas, las más precarizadas y nuestro ingreso promedio es un 30% menor al del varón. Esa desigualdad de poder implica opresión y toda opresión genera violencia. Y mujer-objeto significa que no es sujeto, no decide. Y el objeto le pertenece al “propietario”, en este caso el varón, que cree que puede hacer lo que quiere.
De allí nace la violencia de género y por eso, junto con las medidas de emergencia, tenemos que pelear por cambiar de raíz esta sociedad para construir otra que sea igualitaria.
Agenda de género en La Plata
- Miércoles 20: 9hs Taller de formación a docentes sobre embarazo no deseado-deseado adolescente, herramientas para abordarlo, en SUTEBA, calle 5 e/44 y 45
- Miércoles 27: “Mesazo” de 9hs a 11hs en hospitales San Martin y Gonnet de las organizaciones de la Campaña Nacional por la legalización del aborto.
- Jueves 28: en el marco del día internacional de la salud de las mujeres y los 10 años de la Campaña, participamos del “Trensazo” a Capital. Y marcha de Congreso a Plaza de Mayo.
Reportaje: María Damasseno