Las cartas de la carrera presidencial están echadas. Las PASO del 9 de agosto están a poco más de 10 semanas. Los candidatos de las corporaciones y los privilegios recorren los medios haciendo marketing vacío. La centroizquierda retrocede. En la izquierda el panorama es de fragmentación en varias listas. El FIT es el principal responsable de que la izquierda no sea alternativa de peso. En ese marco, Alejandro Bodart y Vilma Ripoll encabezan la fórmula de una propuesta política distinta en el panorama electoral.
No se presentan a elecciones, pero gobiernan. Son las corporaciones que controlan los resortes centrales de la economía nacional y subordinan la política tradicional. Tienen nombre propio: Barrick, Chevron, IRSA, Monsanto solamente por nombrar a cuatro de las más emblemáticas. Todas ellas ya eligieron y del trío Scioli-Macri-Massa terminará surgiendo el CEO más importante de todas sus «empresas»: el gobierno de Argentina. No es ninguna casualidad entonces, que los candidatos mejor ubicados en las encuestas que gravitan en el escenario político se nieguen a debatir públicamente. No es azaroso que disputen con desesperación su lugar en la mesa de Mirtha Legrand o el programa de Marcelo Tinelli. Son todos una puesta en escena, pura cáscara. No opinan sobre la orientación productiva del país. Ya ni siquiera se animan con el plan económico que van a aplicar. Todo se resuelve con lugares comunes y generalidades. Los asesores de imagen mandan. Por eso las corporaciones ya ganaron, gobierne quien gobierne del trío que lidera las encuestas.
La centroizquierda en desplome, la izquierda fragmentada
Y podríamos completar diciendo: el régimen respira. Efectivamente la debacle del centro-izquierda que no encuentra su espacio, sin propuestas de cambio estructural; y la izquierda dividida, son un auxilio a las fuerzas tradicionales y los intereses económicos que ellas representan. El centroizquierda que fue segunda fuerza con el FAP en 2011 empezó su declive con el corrimiento a derecha pactando con la UCR primero, conformando UNEN después y ahora con la implosión de ese espacio, le queda disputar una ubicación testimonial. En la izquierda el rol político del FIT es de escollo al surgimiento de un polo con peso de mayoría en Argentina. La oportunidad desaprovechada de convocar a la formación de una gran coalición programática y unitaria en la izquierda, se empieza a pagar con retroceso político. Este es un dato tendencial que arrojan las primeras elecciones del año. Es fundamental fortalecer en las PASO de agosto una propuesta alternativa con estrategia de unidad en la izquierda de nuestro país.
Multiplicar en todo el país esta propuesta política: Bodart presidente, Ripoll vice
Las PASO de agosto son una oportunidad política para explicarle a millones que en la izquierda hay una propuesta que plantea una Argentina libre de corporaciones, privilegios, femicidios y despojo. Una propuesta de país con democracia real para el 99 % y que aporte al surgimiento desde la izquierda de un proyecto que trabaje a mediano plazo para ser opción de poder real. Una izquierda cuya renovación progra-mática, metodológica y cultural, incluya la vocación unitaria indispensable para desarrollar una nueva mayoría política y social que transforme revolucionariamente todo lo que hace falta dar vuelta. Con Alejandro Bodart como candidato a presidente y Vilma Ripoll a vice ratificamos esa orientación. Tenemos que llevar esta propuesta a cada lugar de trabajo, a cada facultad, colegio o profesorado. Y en la coyuntura de las primarias de agosto, insistir con la adhesión democrática de los simpatizantes de la izquierda para que esta fórmula y sus candidaturas locales en 20 distritos del país, superen el escollo legal del 9 de agosto y puedan estar en las elecciones generales de octubre. Hay que hacer ese esfuerzo. Estamos en marcha.
Mariano Rosa