El sultán está desnudo
El domingo 7 de junio se realizaron elecciones nacionales legislativas en Turquía. Estas elecciones eran sumamente importantes para las aspiraciones presiden-cialistas del presidente Erdogan, del partido de la justicia y el desarrollo (AKP), que quería obtener una mayoría absoluta en la legislatura para poder reformar la constitución al gusto de sus ambiciones de poder. Eso se lo impidió una coalición de izquierda (HDP) que pudo pasar la antidemocrática barrera del 10% de los votos que impone el régimen turco para poder obtener bancas en la cámara.
Erdogan y el AKP es un viejo aliado del imperialismo e impulsor (junto a Arabia Saudita, Qatar e Israel y la complicidad imperialista) del engendro barbárico del Estado Islámico o ISIS. En Turquía las minorías, muy importantes como la kurda y la armenia entre otras, viven sin autonomía y con una historia de opresión a sus espaldas. De no haber sacado el HDP el 13% de los votos y sacado 81 diputados se hubiera fortalecido uno de los protagonistas más retrógrados y autoritarios de medio oriente y en la frontera de Europa. Por eso es una victoria histórica de todos los pueblos de Turquía pero especialmente del pueblo kurdo que ha motorizado este terremoto político.
La elección del HDP en la parte oriental kurda fue arrolladora, teniendo resultados que estuvieron entre el 80% y 90%, pero muy importante fue la elección en Estambul (el principal distrito) convirtiéndose en el 2do partido detrás del AKP. En números el AKP pierde casi 10% de su anterior elección a nivel nacional, pero más importante que eso es que se fortalece una opción amplia de izquierda que incluye a la clase trabajadora pero también a las minorías nacionales, religiosas, agrupaciones feministas, LGBT, etc.
HDP: una gran coalición de la Izquierda y los Movimientos sociales, de liberación de la mujer, etc.
El HDP nace a fines del 2012, como confluencia del BDP (Partido Democrático de las Regiones, pro-kurdo) y la izquierda turca, los movimientos de liberación de la mujer y de las minorías. Esta es su primer participación en las elecciones lo que demuestra que la unidad amplia permite presentar una alternativa al movimiento de masas. Su programa tiene ejes fundamentalmente democráticos porque son los movilizadores en la sociedad turca de hoy, pero también levantan consignas transicionales anti-capitalistas. Se nutre de los jóvenes de la lucha del parque Gezi de Estambul, feministas, defensores de los derechos de LGTB, así como minorías no musulmanas, que se sienten por ello discriminadas en Turquía, como los alevíes o armenios.
Un triunfo empujado por la revolución kurda-siriana de Rojava
En la frontera turco siriana se enfrentan las fuerzas de la revolución y la contrarrevolución. El triunfo de la defensa de Kobane fue fundamental para sostener del otro lado de la frontera las aspiraciones del pueblo kurdo y del HDP. Las milicias de la Unidad de Defensa de la Mujer de Kobane (YPJ) han saludado este triunfo político del HDP. A su vez, al quedar aplastadas las ambiciones de Erdogan, esto fortalece a la lucha del pueblo del Rojava con sus asambleas populares y sus organizaciones revolucionarias. Por otro lado, también favorece la lucha del vecino pueblo griego contra la Troika.
Despierta el movimiento obrero
Uno de los objetivos del régimen de Erdogan era que la clase obrera turca agachara la cabeza y se transformase en la mano de obra «china» de Europa con los costos laborales más bajos de la región. Turquía es la 8va productora mundial de acero y por eso casi todos los productores de automóviles tienen una planta en Turquía. Por ejemplo, Renault, Hyundai, y Toyota en Turquía exportaron el 80 por ciento de su producción, Ford exporta el 75 por ciento, MAN el 85 por ciento. FIAT, que cierra fábricas en Italia, va a exportar 175.000 coches Fiat Doblo turcos a Estados Unidos hasta el 2021. Por eso este año los obreros de las automotrices están dando una importante pelea por mejoras salariales combinado con una lucha contra la burocracia de la «Turk Metal», que firmó un acuerdo a la baja por tres años. En esta pelea está entrando con fuerza una camada joven de obreros que son los peores pagos en fábrica. Esta nueva experiencia de jóvenes obreros será fundamental para el próximo periodo en la lucha de clases. Ahora se abre una nueva etapa en la vida política y una gran responsabilidad para la izquierda turca y el HDP.
Fabio Marucci