La inminencia de la firma de un nuevo acuerdo entre el primer ministro griego Alexis Tsipras y la Troika (UE, BCE y FMI) para refinanciar la impagable deuda griega tiene conmocionado al país mediterráneo y a Europa toda. Es que la opción que tiene planteada el pueblo heleno no tiene medias tintas: o se impone un nuevo y brutal ajuste que exigen para desembolsar de un nuevo tramo del “rescate” europeo, y pagar entre otros, el vencimiento de este 30 de Junio de 1.600 millones de euros con el FMI, o Grecia entra en default y rompe con la tiranía de la Unión Europea.
Luego de haberse frenado la negociación, dado la primera negativa de Tsipras a aceptar las brutales claúsulas de ajuste, en los últimos días una nueva propuesta del titular del ejecutivo griego, que aceptó gran parte de las nuevas exigencias imperiales, llevó a los jefes de la Troika declarar que estaban sentadas las bases para un nuevo acuerdo.
El ajuste propuesto implica que se sube de inmediato la edad mínima para las jubilaciones ¡a 67 años!, la eliminación de las prejubilaciones, el aumento de los aportes de los trabajadores y de los pensionistas de salud, y la eliminación de los subsidios a los jubilados. El aumento del IVA: “eso supondrá unos ingresos adicionales de 1.400 millones de euros, el 0,74% del PIB, muy cerca de lo que querían los acreedores” (diario el País de España 23/06/15), entre otras medidas, por las que se estarían “ahorrando” más de 1.800 millones de euros anuales, una cifra superior al superávit exigido por la Troika.
Los bancos y multinacionales europeas, en complicidad con la burguesía y gobernantes locales, generaron una fraudulenta deuda externa que representa más del 175% del PBI griego. Para acceder a préstamos de “rescate”, que a los únicos que han rescatado es a los bancos, los griegos vienen soportando desde el 2010 durísimos planes de ajuste, que han achicado la economía, privatizado una parte importante, rebajado brutalmente salarios, jubilaciones y beneficios sociales, pauperizando brutalmente al país y generado una inestabilidad, que ha provocado una fuga de capitales de cerca de 30.000 millones de euros en los últimos meses.
Al servicio de facilitar que pase esta nueva vuelta del ajuste, Merkel y compañía ahora mienten que van a estudiar una reestructuración de la deuda griega. No se puede esperar otra cosa de una cumbre europea, que está debatiendo como bombardear los barcos que transportan los inmigrantes asiáticos y africanos que cruzan el Mediterráneo, tarea a la cual ya han sido destinados varios buques de guerra.
La reacción de la izquierda de Syrisa y el pueblo griego
Hace apenas unos días se conoció el veredicto de la “Comisión de la Verdad sobre la Deuda Pública”, que impulsada por la diputada de Syriza y presidente del parlamento griego, Zoi Konstantopoulou, nucleó a importantes personalidades como el economista Érick Toussaint, que fue auditor de la deuda ecuatoriana. La Comisión señaló que “llegamos a la conclusión de que Grecia no debería pagar esta deuda porque es ilegal, ilegítima y odiosa “.
El domingo pasado una importante movilización reclamó que no se firmen nuevas claúsulas contra el pueblo. Esta resistencia le ha significado a Tsipras que la oposición de izquierda dentro de Syriza haya conquistado el 45 % de los votos contra el plan de ajuste, semanas atrás. Ya una decena de diputados se han pronunciado en contra de votarlo en el Parlamento, y si toda la oposición finalmente se planta, son 30 o 40 diputados que pondrían en grave riesgo el acuerdo de Tsipras con la Troika. A los cuales habría que sumarles 13 diputados de Griegos Independientes, el partido nacionalista del ministro de Defensa, que integra la coalición de gobierno.
Se da la paradoja de que Tsipras puede necesitar del voto de la oposición de derecha para aprobar el acuerdo en ciernes con la Troika. Ya el liberal To Potami (El Río) y los dirigentes del PASOK (Socialdemocracia griega) se han pronunciado a favor de que Grecia acuerde con la Troika inmediatamente.
Si no se lograran los votos necesarios, la otra opción que baraja la burguesía griega, es el llamado a elecciones anticipadas, lo que permitiría a Tsipras digitar la nueva lista de diputados, para intentar barrer o achicar al máximo a la oposición de izquierda. A su favor cuenta con el prestigio de haber encabezado una coalición de izquierda radical, que barrió con los corruptos partidos del viejo régimen. Especula además con el temor de una parte de la población, bombardeada por una mentirosa propaganda de que no hay salida fuera del euro para el país.
La velocidad y profundidad de la crisis griega, permitió a Syriza, un conglomerado de partidos que no superaba el 5%, llegar al gobierno en pocos años. Tsipras en el gobierno prefirió abandonar su programa y tratar de lograr una “negociación razonable” con el imperio, dando origen a una importante oposición de izquierda dentro del partido. Toda Europa y la vanguardia mundial está mirando a Grecia. Ya que más allá del resultado de este capítulo, el pueblo griego está escribiendo páginas muy importantes, en medio de la crisis europea.
Gustavo Giménez