Estamos conmovidos, la renuncia del general Milani, es un logro importante, producto de la larga lucha de la familia Ledo, y la movilización de algunos organismos y partidos de izquierda, que exigimos que se lo procese y condene por la desaparición y muerte del conscripto Ledo, ocurrido en Tucumán. Pese a que el gobierno y el poder Judicial, lo sostenía para consagrar su impunidad, estando al mando del Ejército y del aparato de Inteligencia, redoblamos la lucha, y realizamos importantes acciones este año, exigiendo su indagatoria, destitución y cárcel. En marzo, junto a Graciela Ledo, organizamos un multitudinario acto en Tucumán, al que viajó especialmente Alejandro Bodart y otros dirigentes de izquierda, fue un paso unitario importante. Hace unos pocos días, estuvimos con la hermana del soldado Alberto Ledo, Graciela acompañándola en el Juzgado Federal de Tucumán, presentando un amicus curiae y un hábeas corpus simultáneo en todo el país, junto a organismos de derechos humanos, partidos de izquierda, Alternativa Popular, la CTA, etc. Nos recibió el Juez Federal Daniel Bejas, quien tiene empantanada la causa, y el fiscal federal general Gustavo Gómez, quien en una audiencia con todos las organizaciones presentes, nos comentó que fue apartado de la causa, por respaldar el reclamo de justicia. Luego realizamos un emotivo acto en la Escuela de Comercio de Monteros, lugar dónde desapareció Ledo cuando hacía la colimba, hace 39 años, junto a familiares, amigos, y la actual comunidad educativa de esa escuela.
Esta pelea como todas las que parecen utópicas e imposibles, se logran si se confía en la fuerza de la movilización popular. Un primer paso, es su renuncia.
La lucha debe seguir hasta que Milani sea procesado, condenado y esté en la cárcel común por genocida.