Así dijo César Antillanca el 6 de julio, luego de anunciado el dictamen que declaró culpables de homicidio agravado a tres policías de Chubut (Laura Córdoba, Martín Solís y Jorge Abraham), que en la madrugada del 5 de septiembre de 2010 a la salida del boliche KU, en Trelew, asesinaron a golpes a su hijo Julián. También se declaró culpable de encubrimiento agravado a Carlos Sandoval, entonces comisario de la 4ª de Trelew.
En el marco de esta pelea nace la Comisión Contra la Impunidad y por la Justicia en Chubut que nuclea a víctimas, familiares y militantes sociales de Trelew. Desde allí se motorizaron numerosas acciones de denuncia, judiciales, de acompañamiento a familiares, asistencia psicológica, y también se realizó la producción de la película Un paisaje de Espanto, de Daniel Riera y Mauro Gómez sobre el caso de Julián y otras víctimas de violencia policial y judicial en Chubut. La finalidad de esta ONG es lograr justicia y frenar la violencia policial.
César Antillanca, miembro de la Comisión, entendió desde el primer momento con gran lucidez que su caso no era un caso aislado; comprendió la sistematicidad de la práctica. Así lo dijo en su alegato en este juicio: “Señores del tribunal: es su responsabilidad que este hecho quede impune; es toda su responsabilidad, no que esto no siga sucediendo, porque el caso de la muerte de Julián se agota solamente en la justicia por el caso de Julián. Una persona no puede remediar todo un sistema corrompido; todo un sistema que está corroído por completo, de corrupción estructural.”
Por eso la lucha de César y de muchos de nosotros es una lucha que recién comienza. Aprendemos de él en cada palabra. Nunca habla sólo de su hijo: habla de los hijos del mundo y por eso se ha puesto en la imperiosa tarea de construirlo. Así lo dice: “Debemos refundar la condición humana. Volver a la vida. Hacer un acuerdo de lucha porque si no, nos vamos a adormecer otra vez. Y todo tiene que ser un proceso autocrítico de gran profundidad. Porque creo que hay un carácter asesino por el que somos una sociedad filicida. Una sociedad que mata a su futuro, en un proceso que se repite históricamente. Y hay una enorme ceguera ante todo esto. No puede no verse socialmente esto que ocurre…”
Alejandra Guerra, militante del MST y miembro de la Comisión Contra la Impunidad y por la Justicia en Chubut