Sin contar su ruego para ser invitada al Bailando de Tinelli, donde Scioli, Macri y Massa comenzaron la campaña, Margarita Stolbizer muestra en cada aparición pública la verdad de su proyecto. Se trata de un (débil) intento de resucitar una vieja centroizquierda apegada al régimen capitalista, con un discurso que no pocas veces termina estando a la derecha del gobierno.
El modelo santafesino, tomado como rumbo a seguir por Stolbizer, no ha modificado las bases del capitalismo extractivista y saqueador que domina nuestra economía. Las multinacionales que se han instalado, así como los pooles de siembra que sojizan el campo, son acompañados por el gobierno del PS y el Frente Cívico, antes con Binner y Bonfati, ahora con Lifschitz. Encima Binner, que se bajó de la candidatura presidencial y se la endosó a Stolbizer, ahora le despega la boleta santafesina. En Buenos Aires, gran parte de las huestes «progresistas» migraron al macrismo y tuvieron que poner de candidato a la gobernación a un ilustre desconocido. Por eso Margarita, no logra mover el amperímetro de las preferencias electorales.
Los trabajadores, la juventud, los movimientos sociales, no pueden esperar propuestas transformadoras por parte de Stolbizer y sus candidatos. Cada voto que logren terminará siendo utilizado para recomponer un proyecto tibio, que no quiere tocar los intereses de las corporaciones. Una propuesta envejecida, que ha demostrado su incapacidad para dar soluciones a los de abajo y sólo significa maquillar el modelo.

Ignacio Tedesco