En las últimas semanas el dólar viene trepando posiciones. El blue superó los $14, también subió el oficial. Frente a esto Scioli, Macri y Massa con pequeñas diferencias entre sí están por la salida devaluatoria. Como siempre esto traerá más pobreza y salarios reales más bajos para los trabajadores. Nosotros proponemos que la crisis la paguen las corporaciones y grandes empresarios que se enriquecieron en todos estos años.
Dólar oficial, blue o paralelo, dólar tarjeta, dólar ahorro, contado con liqui. Los distintos valores que en nuestro país toma la moneda estadounidense y que cualquiera puede marearse frente a ellos, representan el intento del gobierno de disfrazar la crisis económica que sigue y que tiene un punto álgido en la escasez de dólares. Hay un sinfín de motivos por lo que ocurre esto: el déficit fiscal, los pagos de la deuda (bonos en dólares, que superan de promedio los U$S 17.000 millones anuales), la emisión monetaria («la maquinita de hacer billetes»), la falta de inversiones que traigan dólares al país, la especulación financiera de los grandes grupos económicos que dejan el plazo fijo y se van al dólar o no liquidan los dólares de las exportaciones, las expectativas electorales, etc.
Todo esto ha hecho que en los últimos días el valor del dólar se haya disparado, sobre todo el blue, lo que reabrió la discusión de cuál es la salida frente a esta situación. Y como estamos en un año netamente electoral todo el mundo puso la mirada en las propuestas de los candidatos que lideran las encuestas Scioli, Macri y Massa. Y la verdad es que con pequeñas diferencias o matices todos apuntan a la misma dirección: que haya devaluación y por supuesto de esta manera los que pagan los platos rotos son los trabajadores y el pueblo.
Scioli, ahora en campaña kirchnerizada, dice que va a continuar con el modelo actual, pero tratando de dar señales al empresariado diciendo que liberará de a poco el cepo y apuntará a un dólar más competitivo para la producción. Macri que hace unos meses fue bestial diciendo que había que hacer como en el 2002 una fuerte devaluación con un dólar competitivo para los exportadores y levantar el cepo, ahora en campaña presidencial se cuida un poco y dice que hay que salir de a poco del cepo y que una devaluación no implica hiperin-flación. Massa dijo: «Yo lo dije hace un año, en IDEA -señaló a Clarín-. Mercado Unico y Libre, levantamiento del cepo, régimen de flotación administrada».
Como vemos, de una forma u otra todos coinciden en que hay que levantar el cepo y buscar un dólar alto para que ganen más los grandes exportadores, es decir una fuerte devaluación que lleve el dólar un 30-35% más alto. Esto lo que hace inmediatamente, es licuar el poder adquisitivo de los salarios, fundamentalmente los más bajos, ya que el impacto en la aceleración del proceso inflacionario que vivimos es mayor en los productos de primera necesidad. Eso sí, todos dicen que para que no se dispare la inflación hay que disminuir bruscamente el déficit fiscal, lo que implica un fuerte ajuste en salarios y planes, recortes en salud, educación, empleos, etc.
Ajustar a las corporaciones y grandes empresarios
Nosotros somos categóricos, toda devaluación seguida de inflación perjudica a los trabajadores. Por eso proponemos que para retener los dólares en el país se suspendan todos los pagos de la fraudulenta deuda externa (a los buitres y los otros), nacionalizar la banca y el comercio exterior para impedir la fuga de divisas y la especulación con las exportaciones. Nacionalizar bajo control público todas las empresas privatizadas y los recursos naturales hoy mayoritariamente en manos extranjeras. Y por otro lado implementar medidas de urgencia contra la inflación como la eliminación del IVA a los productos de primera necesidad, actualización trimestral de salarios, jubilaciones y planes de acuerdo a la inflación real. Mientras iniciamos una profunda reforma tributaria para que paguen más los que más tienen, por la vía de impuestos progresivos a las grandes ganancias, la riqueza y la renta financiera. Es hora que la crisis económica, que pretenden ocultar hasta después de las elecciones, la empiecen a pagar todos los que se beneficiaron en todos estos años, los que la juntaron «en pala», las grandes corporaciones y empresarios. Por eso decimos que no hay salida entre los candidatos tradicionales del ajuste y que necesitamos una alternativa distinta al servicio de los trabajadores y el pueblo, como la que proponemos desde el MST-Nueva Izquierda.
Gerardo Uceda