Los compañeros del FIT, en sus distintas expresiones se opusieron a Syriza cuando ésta enfrentaba a los viejos partidos capitalistas y hoy también se centran en criticar a quienes están formando un nuevo partido. Altamira de PO dice: «La Plataforma de Izquierda fue la principal cómplice de la línea capituladora de Syriza, y su posición actual es una adaptación a su propio fracaso». Es un planteo muy alejado de la realidad. Es público que el ala izquierda de Syriza fue la piedra en el zapato de Tsipras y quien se mantuvo defendiendo el programa que llevó a Syriza al gobierno. Lo menos que puede hacer una organización de izquierda, es reconocer los hechos tangibles, sobre todo cuando su propio grupo en Grecia prácticamente ha desaparecido sin pena ni gloria en medio de semejante proceso. Algo similar ya le había pasado a PO en Venezuela, donde también fue comentarista del proceso bolivariano. Por su parte el PTS desde La Izquierda Diario dice: «hay sectores de esta izquierda que ya proponen un nuevo mejunje que una a todos los que están en contra del ajuste o eventualmente en contra del euro, sin distinción de clase ni de programa. Parece que no sacaron ninguna conclusión de su participación en Syriza y en su gobierno». Insólitamente, cuando se está punto de aplicar un brutal ajuste, el PTS critica a quienes rompen con Syriza y correctamente convocan a la unidad para enfrentarlo. Además, no es cierto que esa convocatoria no tenga programa.
Creemos que detrás de esas equivocadas posiciones, no puede esconderse el debate central: salta a la vista que el lugar para los revolucionarios era dentro de la experiencia de Syriza, por eso ahora nuevamente es de su seno que surge lo más avanzado para una nueva alternativa de peso real en la izquierda. Frente a esa realidad evidente, quienes se opusieron a ser parte de Syriza en Grecia ¿Lograron trascender y hacer que avance la izquierda? ¿Fueron o son hoy una alternativa para millones? ¿Pudieron demostrar en la realidad un crecimiento superior al que ahora tendrá el nuevo partido surgido del seno de Syriza? Sencillamente no, porque el proceso central de experiencia de miles pasaba por la experiencia dentro de Syriza y no por fuera, por eso les pasó por al lado la principal experiencia y siguieron en la marginalidad política. Por esa razón, más allá de que seguramente hay valiosos compañeros en otras organizaciones, quien emerge con fuerza en la escena política es el nuevo partido Unidad Popular. Ojalá pueda confluir con quienes impulsaron el NO, pero no puede ocultarse el peso importante que pasan a tener en la vida política griega los escindidos de Syriza. Esa es la realidad.
En resumen, la claudicación del sector de Tsipras no invalida la construcción de grandes coaliciones amplias, lo que sí hace necesario, es que en ese tipo de experiencias las alas revolucionarias peleemos por ser mayoría dentro de esas coaliciones. Así podría suceder en nuestro país si todos los sectores provenientes del trotskismo actuáramos juntos, en el marco de una coalición que contenga a otras vertientes de izquierda. Ese es el debate y no otro.
En España y en Podemos, se abre un debate similar
Mientras Íñigo Errejón, importante dirigente de Podemos, defendió lo hecho por Tsipras, el portavoz de Izquierda Anticapitalista Raúl Camargo, diputado de Podemos en la Asamblea de Madrid, llamó el sábado en el mitin final de la universidad de verano de la formación a «defender a Unidad Popular frente a un Tsipras que «ha acabado diciendo no se puede». La corriente de Podemos pide la vuelta a un programa electoral como el de las elecciones europeas, más democracia en el partido y que se deje claro que «de ninguna manera se va a gobernar con el PSOE». Camargo agregó: «Ahora la gran disyuntiva es entre los que aplican las políticas de austeridad y que dicta la Troika, los que dicen: aunque no les guste tenemos que hacer eso porque si no las consecuencias serán peores y los que se rebelan y dicen: no, hay otra alternativa. Pero hay que tener coraje y decir sí se puede. Nosotros tenemos que defender a Unidad Popular».