El 19 de septiembre, en Malvinas Argentinas (Córdoba), se va a desarrollar el 3º encuentro en la “capital” nacional de la resistencia al agronegocio. La asamblea de vecinos de este pueblo pegado a Córdoba, Sofía Gatica y las Madres de Ituzaingó, activistas y colectivos organizados como la Red Ecosocialista impulsan la organización de este evento. La campaña “Sí a la Vida. No al Glifosato” resolvió viajar con un contingente para presentar nuestra iniciativa en Malvinas y fortalecer la coordinación nacional del movimiento que resiste el avance de la frontera transgénica.
Este nuevo Festival tiene un punto de anclaje en un año dominado por lo político-electoral. Y a la vez con un dato categórico: ninguno de los presidenciables cuestiona la Argentina sojadependiente y el avance de la matriz transgénica depredatoria y lesiva para la salud de la población. Scioli, Macri o Massa, los tres ni siquieran mencionan la soja. En realidad se limitan a sacar cuentas en términos fiscales del ingreso futuro por regalías. Y para peor, los bajos precios internacionales de este grano, no desalienta la producción sino que por el contrario, estimula el aumento del volumen para compensar la caída del precio por tonelada. Ni las advertencias del Dr. Andrés Carrasco ni la reciente declaración oficial de la OMS del glifosato como sustancia cancerígena son suficientes para que la política tradicional se cuestione el uso masivo de agrotóxicos en Argentina. Un artículo publicado en Página 12 hace pocos días reveló que casi 7 de cada 10 verduras y frutas que consumimos tiene agrotóxicos.
¿Nuestras vidas o sus negocios?
El eje ordenador pleno del modelo productivo nacional y latinoamericano es la ganancia sideral y sostenida de enormes corporaciones transnacionales. Sea soja, cobre, gas o petróleo, lo central es garantizar la ganancia capitalista de enormes colosos multinacionales y a cambio, los gobiernos de la región reciben una miserable cuotaparte de ese gigantesco saqueo. La factura socioambiental no está contemplada en la ecuación y no se avizoran cambios en la línea de las fuerzas tradicionales que operan como gerentes de las corporaciones. Pero no se trata de un “destino manifiesto”. Hay decisiones políticas que marcan un rumbo y existe la posibilidad de elegir otro distinto. La base social de esa alternativa radica en la movilización de pueblos como Malvinas que le paran la mano a Monsanto y a la vez, el desafío de unir la lucha socioambiental a un programa político de salida global para otro modelo de país que invierta la ecuación: nuestras vidas primero.
Próxima parada: con el colectivo Carrasco y la Red Ecosocialista a Malvinas
Como parte de las tareas de multiplicación nacional de la campaña “Sí a la Vida. No al Glifosato”, estamos organizando con el colectivo sanitario “Andrés Carrasco” un contingente que viajará al 3º Festival en Córdoba. Este encuentro se transforma así en un nuevo punto de referencia para el activismo ambiental de todo el país. De nuestra parte seguimos insistiendo en la necesidad de discutir una salida alternativa al agronegocio:
- Prohibir el glifosato y el uso masivo de agrotóxicos
- Prohibir los transgénicos
- Avanzar en un proceso de reforma agraria integral y repoblamiento del campo
- Desarrollar el modelo productivo de la agricultura de proximidad con mano de obra intensiva y métodos agroecológicos
- Intervención estatal en la promoción, acopio y distribución comercial de lo producido
- Restitución de los territorios confiscados por el avance sojero a las comunidades campesinas y pueblos originarios
Mariano Rosa, coordinador de la Red Ecosocialista
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