A medida que se acerca octubre, los tres principales candidatos de la burguesía: Scioli, Macri y Massa se están viendo forzados a hablar de lo que harían con la economía, en caso de llegar a ser presidente. Aunque lo trataron de evitar hasta ahora, tienen que hacerlo por varias razones: la primera es que más allá del discurso oficialista y a que todavía no se desbarrancó la economía la crisis se ahonda cada vez más (continua el parate en la industria, cae la generación de empleo, la inflación no baja, las reservas del BCRA se agotan, el déficit fiscal crece mes a mes, etc.). La segunda es que los grandes empresarios se cansaron de aguantar evasivas y les están exigiendo definiciones concretas, para decidir a quién apoyan en mayor medida. Y la tercera, no menos importante, porque se dieron cuenta que la principal preocupación de la gente es la económica a la que tienen que responder si quieren ganar votos. No es fácil para ninguno: evitar que se desbarranque la economía en los primeros meses, satisfacer a las grandes corporaciones y mentirle a la gente para tratar de no perder votos antes del 25 de octubre.
Scioli, el candidato del FPV parece un camaleón que va mutando de piel en busca de conseguir el 45% de los votos necesarios para ganar en primera vuelta. Es que sacó la conclusión que con su discurso «kichnerista» anterior al 9 de agosto perdió votos comparados con su última votación en la provincia de BsAs. Por eso es que ahora está volviendo a cambiar de piel; deja correr que Kicillof no tendrá nada que ver con su gabinete económico, que buscará arreglar con los fondos buitre, que para él es prioritario volver a los mercados internacionales y que su estilo será el del diálogo y no confrontativo. Es decir se despoja de gran parte del doble discurso nac&pop para empezar a decir algunas verdades sobre lo que pretende hacer, que como vemos es parte de la ortodoxia del ajuste en momentos de crisis.
Por su parte las diferencias entre Macri y Massa parecen casi exclusivamente de forma o de ritmos, ambos hablan de levantar el cepo al dólar y devaluar apenas asuman, de bajar los impuestos a los empresarios, de eliminar los subsidios a las empresas. Dicen que quieren arreglar inmediatamente «el frente» externo con los buitres y demás acreedores y que hay que buscar crédito externo para reforzar las reservas del Central, hoy muy exiguas. Según ellos con estas medidas volvería la confianza de los mercados y vendrían los dólares, lo que sumado a bajar el déficit fiscal (es decir ajuste clásico) lograrían bajar la inflación.
Los tres dicen y harán lo mismo
Tan calcadas son sus propuestas que hoy, cuando salieron a explicitarlas, casi todos los analistas burgueses lo dicen, ya no somos nosotros los únicos. Como la Consultora Inversor Global que tituló su último trabajo «El próximo Presidente se ganará el odio de millones de argentinos» donde sostiene que tendrán que atacar el déficit fiscal creciente a través recortar el gasto público, eliminar los subsidios a los servicios, elevar las tarifas hasta 14 veces, etc., más claro…
Así podríamos seguir profundizando, cuando los tres dicen que quieren liberar el cepo, están diciendo que en 1 día o 100 días, con tipo de cambio único o doble, lo que harán en esencia es devaluar, lo que implica que el salario real caerá 30-40 o 50% según hasta dónde suba el dólar, una historia ya conocida por millones de trabajadores. Del mismo modo, cuando hablan los tres de arreglar con los Holdouts y volver a los mercados internacionales, están diciendo que les pagaremos a los buitres el 100% de lo que reclaman que es completamente usurario y que volveremos a endeudarnos en el exterior: otra vez la vieja bicicleta de que nos prestan dólares para que después devolvamos más dólares y más intereses. Las promesas del 82% a jubilados o la quita del impuesto a las «ganancias» de los trabajadores de Massa son claramente electoralistas.
Las diferencias como dijimos son de forma, porque aunque Scioli se mantuviera con el discurso oficial tendría que reconocer que en estos años la Deuda Pública pasó de 111.000 millones de dólares a más de 245.000 millones, que en pocos días tiene el gobierno que hacer frente a un pago del Boden 2012 por más de 6.000 millones de dólares y que ya ni siquiera alcanzan las reservas del BCRA para pagarlo, porque habría menos de 4.000 en efectivo en el Banco Central y que el ajuste que el gobierno le achaca a la oposición ellos ya lo están haciendo vía la inflación, el impuesto al salario y el IVA, entre otros.
Por eso venimos sosteniendo que los tres son los candidatos del ajuste y que ninguno de ellos es alternativa para los trabajadores y el pueblo.
Gerardo Uceda
