Se están realizando las elecciones para renovar Consejos Directivos y Centros de Estudiantes en la Universidad de Buenos Aires del 7 al 11 de septiembre. El panorama se avizora con dos datos: la consolidación del Rectorado y un posible avance del oficialismo nacional a través de sus agrupaciones estudiantiles. Nada de esto sería posible sin las debilidades que ofrece la izquierda universitaria. La FUBA vuelve a peligrar de ser recuperada por las corrientes privatistas. Hace falta un giro político de orientación en el movimiento estudiantil.
Hay una pregunta difícil de responder. ¿Por qué en medio de escándalos de corrupción, de tráfico de influencias, de desmanejo global de fondos y denuncias gravísimas, las camarillas que conducen la UBA como una empresa siguen avanzando? ¿Por qué sus agrupaciones estudiantiles se consolidan y este año amenazan con avanzar más todavía? ¿Por qué el kirchnerismo en proceso global de retirada en general, sin estar en su “pico” de militancia juvenil con Scioli va a disputar facultades emblema de la izquierda como Sociales?
Está claro que por un lado, el manejo de la “caja” del Rectorado y cada decanato facilita materialmente la actividad gremial/clientelar de Nuevo Espacio, la Franja o el kirchnerismo. Pero, eso no alcanza para explicar lo que planteamos. Es evidente que hay problemas en el campo de la izquierda.
Los Centros en manos de la izquierda: ni luchan, ni gestionan. Vaciamiento
Hace más de diez años que la FUBA fue recuperada por la izquierda. Tuvo distintos momentos, pero en la actualidad hay un balance importante para hacer. El movimiento estudiantil como tal ha perdido toda su vitalidad de otro período. Los Centros que conduce la izquierda, en particular el FIT-PO (Izquierda al Frente en la UBA), se han transformado en cáscaras vacías sin participación estudiantil y con respuesta limitada en el terreno gremial general. Es cierto que la burguesía aprende y desde hace años no pega de manera directa contra toda la universidad, pero es un hecho también que la FUBA y los Centros están lejos de la base estudiantil. Los congresos de la FUBA se limitan a una “rosca” burocrática que ya ni siquiera guarda la formalidad de algunas “comisiones” previas en las facultades. El grueso de los estudiantes identifica “FUBA” con fotocopiadora. En cada facultad hay ejemplos de sobra para marcar este déficit: no hay orientación para habilitar la participación estudiantil en los Centros. Por eso, con apoyo de las gestiones Rectorado y gobierno nacional, dan pasos en el camino de achicar a la izquierda en la UBA.
Hace falta un nuevo reagrupamiento de izquierda para otro movimiento estudiantil
A esta ubicación del FIT-PO que además cierra sus frentes se suma como debilidad la ausencia de un polo alternativo para presionar hacia una orientación positiva. La Mella-Patria Grande resolvió abortar procesos de confluencia en Filosofía y Letras y en Sociales, donde habíamos constituido la herramienta del Vendaval el año pasado. En todos los casos se justifica el giro político dado en las “necesidades de autoconstrucción”. Por eso, entre el FIT-PO que cierra sus frentes y vacía los Centros, y La Mella que pudiendo asumir el rol de motor de otro reagrupamiento para disputar una línea distinta se “autocentra”, tenemos la explicación de por qué, los privatistas de la “UBA S.A.” suman su favor e inclinan la relación de fuerzas. Desde la juventud del MST-Nueva Izquierda estamos planteando otro camino. Primero, identificar los problemas serios subjetivos que existen en la izquierda. Dos, hay que construir un polo distinto en la izquierda universitaria. Y por fin, para fortalecer esta línea de unidad es que nos jugamos a sentar posición con esta línea en las facultades donde nos presentamos, para ser más los que pechemos por esta orientación. Unir para movilizar. Movilizar para transformar.
Mariano Rosa
