Europa debe recibir a todos los refugiados

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La aparición del pequeño cuerpo sin vida de Aylan Kurdi en las costas de Turquía la semana pasada sacudió a Europa y al mundo entero. Puso al descubierto frente al mundo, una de las catástrofes humanitarias más graves de estos tiempos, la de millones de migrantes que huyen de la guerra, para salvar sus vidas. 

Eligen atravesar cientos de kilómetros en las más precarias condiciones, a riesgo de ser reprimidos, estafados, violados, de morir en barcazas precarias cedidas por traficantes inescrupulosos por miles de dólares… y una vez cerca de llegar al destino tan preciado, ser tratados como animales por el gobierno húngaro, como pudo ser visto en las imágenes transmitidas por la tv para todo el mundo.
De la migración que golpea las puertas de Europa, integrada por familias provenientes de Afganistán, Irak, países del Norte y Centro de África, entre otros, la más importante es la que proviene de Siria. Es que la guerra civil siria ha dejado a más de 4 millones de habitantes que salieron de sus fronteras, ya que habían perdido el trabajo, los ingresos, el agua potable, habían presenciado la muerte de sus vecinos, familiares… y solo les quedaba defender la posibilidad de seguir viviendo. Algo que en Siria está amenazado cotidianamente por la “limpiezas” del asesino dictador Bashar al Assad, que no ha dudado en utilizar armas químicas contra la población que habita zonas opositoras, o de las manos del ISIS y sus matanzas y persecuciones en los territorios que ocupa.
La burguesía europea, que ahora siguiendo la letra de Ángela Merkel, llora lagrimas de cocodrilo por los inmigrantes, es responsable de que que esta guerra se prolongue en el tiempo, ya que ha sido cómplice de las maniobras de las diferentes burguesías de la región, que han armado hasta los dientes a los gobiernos y las bandas reaccionarias. Hasta ahora su gran preocupación era (y sigue siendo) como bombardea los barcos de los traficantes o como levantar barreras terrestres, para que los que quieran pasar lo hagan por mar en barcazas frágiles arriesgando la vida. La reciente resolución del gobierno húngaro de cerrar sus fronteras, no contradice como pretenden algunos, la política de Merkel, Hollande o Cameron, sino está en línea con sus intereses.
Ante la conmoción de la crisis Merkel reclama mayores “cuotas” para que cada país reciba más inmigrantes. Ahora se habla de 120.000, mientras que en lo que va del año ya llegaron 350.000 a las fronteras europeas y se calculan que al menos 800.000 se van a dirigir a Alemania solo en el año en curso. Pero la contracara de esta “apertura” es que se anuncia que van a comenzar las deportaciones de aquellos inmigrantes que lo hagan solo por razones económicas, empezando por la proveniente de los Balcanes. ¡Como si las multinacionales y los gobiernos europeos fueran inocentes de los desastres económicos de los países pobres de Europa, de África o Asia!
Y como si esto fuera poco ya distintos sectores de la burguesía europea, están pensando en la utilidad de los migrantes para una economía europea, en cuyos países centrales existe un envejecimiento importante de la población que hace entrar el sistema jubilatorio en crisis. Por eso no vienen mal un sector importante de familias y trabajadores jóvenes, que realicen los trabajos más penosos, y puedan ser superexplotados por el capitalismo europeo.
Estamos frente a la crisis migratoria más importante desde la II Guerra Mundial. Hay 60 millones de habitantes en el mundo desplazados de sus países de origen, por guerras, hambrunas, gobiernos asesinos, bandas de ultraderecha como el ISIS. La crisis migratoria es parte de los desastres que este capitalismo en descomposición desparrama sobre el mundo, cada vez con más fuerza desde la crisis abierta en el 2008. Y aunque ahora su centro es Europa, abarca muchos países dependientes de todos los continentes y tiene un Donald Trump en EEUU como figura destacada de la más sincera política imperial.
La contracara es la solidaridad de los pueblos. Los trabajadores griegos que ayudan a los inmigrantes que cruzan desde Turquía oponiéndose a las reacciones xenófobas de los militantes de Aurora Dorada, los 30 mil que se movilizaron en Viena en Austria, las 10 mil que lo hicieron en Dresde en Alemania, exigiendo se reciba a los refugiados, los que ofrecen sus casas o van con sus familias a recibir los micros de los inmigrantes en Alemania.
Como reclaman los compañeros franceses de La Commune: Europa tiene que abrir sus fronteras a todos los inmigrantes ¡papeles para todos! ¡Abajo las cuotas de inmigrante por país! ¡Respeto al derecho de asilo, según la Convención de Ginebra de 1951!

La Convención de Ginebra sobre el derecho de asilo

Esa convención, obviamente previa a los acuerdos de Schengen(1) y que nunca fue derogada, establece: Se considera como refugiada a toda persona que “temiendo con razón ser perseguida a causa de su raza, religión, nacionalidad, pertenencia a cierto grupo social u opiniones políticas está fuera del país cuya nacionalidad tiene y que no puede o -por ese temor- no quiere apelar a la protección de tal país; o quien, si no tiene nacionalidad y está fuera del país donde tenía su residencia habitual a causa de tales acontecimientos, no puede o -por ese temor- no quiere regresar allí.” (de La Commune de Francia)

Siria: una guerra contra el pueblo

Cuando la “primavera árabe” irrumpió en Siria en los inicios del 2011, miles de manifestantes colmaron sus principales ciudades exigiendo derechos democráticos y libertades. El dictador Bashar Al-Asad respondió a estos levantamientos pacíficos con una brutal represión utilizando a las tropas y matando a centenares de opositores. Le siguió a esta represión una dura guerra civil en la cual una oposición armada en forma precaria frente a un ejército profesional, llegó a controlar ciudades y regiones importantes, agrupada en distintas formaciones que integraban el llamado genéricamente Ejercito Libre de Siria.
Para dividir a esta oposición Bashar toleró y dejo correr en un principio a los sectores yihadistas, agrupados en la formación Al Nustra (Al Qaeda siria), muchos de cuyos integrantes fueron liberados de la cárcel por Bashar.
De Al Nustra surgió el ISIS, financiado por los gobiernos de Turquía, Arabia Saudita y Qatar. Estos gobiernos pertenecen a las burguesías de rama sunita del Islam. Mientras del lado de Bashar se agrupan los sectores chiitas y sus aliados. Los gobernantes de Irán, el gobierno de Bagdad, el Hezbollah del Líbano y el propio Bashar que pertenece a la rama alaudita.
El ISIS combatió y desarticuló a los sectores de oposición a Bashar que no se diciplinaban a su control. Y mantiene un brutal enfrentamiento con la resistencia kurda que lo desalojó de Kobane y otras regiones del norte de Siria.
La OTAN que siempre fue tolerante con Bashar, dejó correr la maniobra de Turquía para armar hasta los dientes al ISIS. Ahora y pese a la complicidad del gobierno de Erdogan con los yidadistas de Siria, vuelve a “perdonar” al asesino de Bashar, ya que el engendro del Califato islámico se salió de control.
Así la respuesta a la revolución democrática siria fue una brutal intervención imperial para destruirla, y terminó por generar el desastre humanitario más grande de estos tiempos, que son los cuatro millones y medio de sirios que han abandonado su país para salvar sus vidas.
La familia del pequeño Aylan Kurdi es todo un símbolo. Son de Kobane, el pueblo kurdo que logró expulsar al ISIS y que no puede curar sus heridos en la vecina Turquía, porque Erdogan trabaja para los yidadistas. Así la dictadura de Bashar y el “demócrata” Erdogan tienen un punto en común, disputarse un territorio rico en riquezas petroleras y para ello no dudan, con la complicidad de la multinacionales (muchas de ellas europeas), en destrozar la vida del pueblo sirio.

Gustavo Giménez

(1) Los acuerdos de Schengen que están en vigor desde 1995 establecen un espacio por el que puede circular libremente toda persona que haya entrado regularmente por una frontera exterior o resida en uno de los países que aplican el Convenio. Pero deben cumplirse normativas estrictas de seguridad, por las cuales un indocumentado debe devolverse al país por el que entró a este acuerdo europeo (por eso los refugiados no querían que los registren en Hungría) e incluso se puede exigir a sus miembros la expulsión de aquellos que estén indocumentados.

epa04910960 Migrants protest outside Keleti Railway Station in Budapest, Hungary, 03 September 2015. Hundreds of migrants rushed the platforms in Budapest after Hungarian police opened the city's Keleti station, which had been blocked to migrants since 01 September. Hungary's railway service said there were no trains headed to Western Europe for the time being. Thousands of refugees - many of whom have traveled from Africa and the Middle East in the hopes of reaching countries like Germany and Sweden - have been stranded at the station.  EPA/ZSOLT SZIGETVARY HUNGARY OUT  Dostawca: PAP/EPA.
epa04910960 Migrants protest outside Keleti Railway Station in Budapest, Hungary, 03 September 2015. Hundreds of migrants rushed the platforms in Budapest after Hungarian police opened the city’s Keleti station, which had been blocked to migrants since 01 September. Hungary’s railway service said there were no trains headed to Western Europe for the time being. Thousands of refugees – many of whom have traveled from Africa and the Middle East in the hopes of reaching countries like Germany and Sweden – have been stranded at the station. EPA/ZSOLT SZIGETVARY HUNGARY OUT
Dostawca: PAP/EPA.

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