Con un conmovedor acto en La Plata, el sábado 5 quisimos homenajear y mantener viva la memoria de Adriana Zaldúa, Hugo Frigerio, Roberto «Laucha» Loscertales, Ana María Guzner Lorenzo, Lidia Agostini. Patricia Claverie, Oscar Lucatti y Carlos «Dicki» Povedano. Por los ocho compañeros del PST, Partido Socialista de los Trabajadores (antecesor del MST), exigimos juicio y castigo a los asesinos de la Triple A.
Arrancamos la marcha agradeciendo la presencia de familiares como Susana, Graciela y Nora Zaldúa, hermanas de Adriana; Bocha Lucatti, hermano de Oscar; Mirta Agostini, esposa de Hugo Frigerio y hermana de Lidia Agostini, y Celia Pereyra, compañera de Dicky Povedano.
La encabezaron Alejandro Bodart y Vilma Ripoll, junto a compañeros que compartieron la militancia en el PST en aquellos años. Además de compañeros de La Plata, Berisso y Ensenada, participaron delegaciones de nuestro partido de las distintas regionales del Gran Buenos Aires, de Capital, Rosario y Santa Fe. Envió un saludo Mario Doglio, dirigente del PST platense en los ’70; estuvo presente HIJOS La Plata y enviaron su adhesión la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos; Marta Jáuregui, delegada de ANSES e hija de Juan Jáuregui (MR17, asesinado en La Plata) y expresó su solidaridad el juez Luis Arias.
También se leyeron las adhesiones de Hugo «Cachorro» Godoy, Sec. Adjunto de ATE Nacional; APL (Asociación del Personal Legislativo); Jorge Yabkowski, presidente de FeSProSa (Salud), y Viviana García, Sec. Gral. Adjunta de CICOP; la Directiva electa de Judiciales La Plata; la Directiva de SUTEBA La Plata; la Agrupación Mosconi ex YPF (FETeRA-CTA); la UOM de Villa Constitución; Unidad Popular y el GEN de La Plata.
La Triple A tenía la venia de Perón
Antes de descubrir la placa recordatoria a los ocho militantes en la Plazoleta de la Memoria, frente al Ministerio de Obras Públicas, Alejandro Bodart, secretario general del MST-Nueva Izquierda, dirigió la palabra a los presentes. Entre otros conceptos, en su discurso señaló: «Se ha intentado tapar lo que sucedió en los años previos a la dictadura militar. Es importante que la memoria no sea parcializada. Se quiere ocultar que la represión genocida para intentar eliminar a lo mejor de la clase obrera no se inició con la dictadura de marzo de 1976. Empezó antes. Y se quiere ocultar que empezó bajo el gobierno del General Perón. Los que asesinaron a nuestros compañeros y a otros dos mil luchadores salieron de las entrañas del PJ y la burocracia sindical peronista.»
«Fue una política implementada desde el Estado y bajo la tutela del gobierno de Perón –agregó Bodart, quien volvió al país después de 18 años de exilio para liquidar el enorme ascenso obrero y popular que recorría nuestro país. Y terminar con una vanguardia altamente politizada que le peleaba a la burocracia sindical los gremios y comisiones internas, que venía enfrentando a los militares y creía en el socialismo como salida de fondo. No existiría la Triple A sin la venia de Perón. Las bandas asesinas salieron de las entrañas de la burocracia sindical apoyada por Perón. Esa burocracia, al igual que la actual, cuidaba muy bien los intereses de los grupos económicos que estaban detrás.»
La «justicia» liberó a 5 miembros de la Triple A
Ellos son Carlos Villone, ex secretario de José López Rega; Jorge Conti, yerno del siniestro «Brujo»; Julio Yessi, ex jefe de la JPRA (Juventud Peronista de la República Argentina), Rubén Pascuzzi y Norberto Cozzani, torturador durante la dictadura. Este último seguirá detenido por otra causa judicial por crímenes de lesa humanidad.
Este grupo de fascistas, los únicos integrantes de la Triple A que estaban detenidos, ahora van a esperar libres el comienzo del juicio. La causa contiene unas 700 denuncias, se inició en 1975 por la denuncia del abogado Miguel Radrizzani Goñi -ya fallecido-, fue archivada en 1989 y reabierta en 2006. Los cinco están acusados de «ser parte de una asociación ilícita para cometer crímenes durante el gobierno de Isabel Perón».
La jueza María Romilda Servini de Cubría dispuso prorrogar cuatro meses la prisión preventiva, pero la Cámara Federal lo denegó y les otorgó a los miembros de la banda de ultraderecha el beneficio de la libertad condicional. La excusa fue que ya habían cumplido dos tercios de la pena solicitada sin haberse dictado sentencia…
Los camaristas que resolvieron semejante atropello a los derechos humanos son Luis Bunge Campos, Julio Lucini y Mariano Scotto, que ya antes habían liberado a otros tres acusados, también de la Triple A: Carlos Duarte, Raúl Arias y Rodolfo Roballos.
La Alianza Anticomunista Argentina (AAA), hija del gobierno del general Perón y su esposa, es responsable material de la muerte de unos 2.000 luchadores obreros y estudiantiles pertenecientes a la izquierda peronista y a la izquierda clasista. Sus métodos de secuestro, tortura y asesinato fueron parte del terrorismo de Estado y se multiplicaron a partir del golpe militar del 24 de marzo de 1976. Muchos miembros de la Triple A siguieron actuando como parte de los «grupos de tareas» de la dictadura genocida.
La escandalosa liberación de estos cinco asesinos nos confirma que la pelea por la investigación, el juicio y el castigo a todos los crímenes cometidos por la Triple A no es una cuestión del pasado, sino una tarea democrática que sigue presente.
Pablo Vasco
