En junio, la marcha Ni Una Menos demostró el enorme rechazo popular contra los femicidios y la violencia de género. Este 30º Encuentro debe ponerse a la altura de las circunstancias y coordinar un plan de lucha nacional para exigir medidas concretas. Ésa es nuestra propuesta unitaria a todas las organizaciones y compañeras presentes en el Encuentro.

El 3J, de Cristina para abajo todos los gobernantes tuitearon la fotito. Pero a cuatro meses, no hicieron nada. El gobierno nacional sólo anunció que hará estadísticas, Scioli dispuso hablar del tema en las escuelas bonaerenses desde junio de 2016, el porteño Rodríguez Larreta promete los centros de la mujer que Macri nunca abrió, y poco más. Medidas efectivas, cero. Por eso son responsables políticos de que hoy sigamos sufriendo un femicidio cada 30 horas.
Esta desidia oficial la confirma el mísero presupuesto que destinan a la prevención y atención a las víctimas de violencia machista. El organismo que debe dirigir y aplicar la Ley 26.485 de “protección integral” es el Consejo Nacional de las Mujeres, que conduce Mariana Gras. Veamos los fondos del CNM.

Mentiras oficiales

El sábado 26, en Radio Cooperativa, Gras dijo: “No tenemos problemas presupuestarios para implementar la ley. Ponemos a disposición mil millones de pesos anuales”. ¡Falso! Destinan apenas dos pesos por mujer este año o cuatro el año que viene, que no alcanzan ni por asomo para atender la emergencia en violencia de género que estamos atravesando. Y encima, el 90% se va en sueldos del personal…
Con los presupuestos provinciales pasa igual. Por eso casi no hay refugios: en el país sólo habrá unos 20, mientras que la OMS recomienda como mínimo uno cada 10.000 habitantes, o sea unos 4.000 en total. No abrir refugios es condenar a la mujer a volver con el golpeador. Y tampoco hay asistencia integral psicológica y jurídica gratuita, ni subsidios de reinserción habitacional y laboral para que las mujeres víctimas de violencia puedan rehacer sus vidas y las de sus hijos.

No al machismo institucional

Junto a exigir un presupuesto de emergencia bajo control social para refugios, asistencia y subsidios, también hacen falta cambios jurídicos e institucionales. Por ejemplo: el retiro automático de la patria potestad al femicida, el monitoreo electrónico al que viole la restricción judicial -el botón antipánico no sirve- y la elección de jueces, fiscales y comisarios por voto popular, con mandatos limitados y revocables. Sólo con democratización real se puede combatir el machismo estructural de la justicia y la policía. También es preciso separar la Iglesia del Estado y anular los subsidios a la educación religiosa y privada.
Estas medidas son parte de la batalla contra este sistema capitalista patriarcal, que es la causa de la opresión de la mujer y de todas las violencias. Y para lograr una salida anticapitalista y socialista que termine con la explotación y la opresión, planteamos la unidad de toda la izquierda para ser opción de gobierno. Así lo vemos desde Juntas y a la Izquierda, la agrupación de mujeres del MST, que participamos de este 30º Encuentro con una delegación de más de mil compañeras de todo el país.

Unidad y lucha por Ni Una Menos

Como ya lo sabemos, para conquistar nuestros derechos siempre necesitamos organización y lucha. Así sucede contra la trata y la explotación sexual, por nuestras condiciones como trabajadoras, por el derecho al aborto o contra la violencia machista.
En el año del Ni Una Menos, este Encuentro es la mejor oportunidad para darle continuidad a esa pelea. Y para construir la amplia unidad de acción que hace falta no sirve la defensa incondicional del gobierno ni el sectarismo de algunas agrupaciones de izquierda. Por eso, más allá de las diferencias, nosotras les proponemos a todas las organizaciones y a las compañeras independientes debatir y acordar un plan de lucha con tres fechas para movilizar unitariamente en todo el país:
25 de Noviembre, Día Internacional contra la Violencia de Género.
8 de Marzo, Día Internacional de la Mujer.
3 de Junio, gran jornada nacional a un año del Ni Una Menos.
Si lo concretamos, estaremos más fuertes para frenar los femicidios y la violencia.