Que la crisis la paguen los capitalistas. Basta de despidos y suspensiones

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Las consecuencias de la crisis brasileña ya se sienten en autopartistas y metalmecánicas locales. Que los trabajadores no paguen los platos rotos.

La Volkswagen de Pacheco y de Córdoba. La FIAT de Ferreyra. Mercedes Benz en el conurbano. Suspensiones de a cientos; cierres de turnos y hasta «retiros voluntarios» para empujar fuera de las plantas a otro tanto. La situación de las grandes empresas automotrices se repite o empeora en aquellas metalmecánicas que las proveen o son de menor envergadura.
La información siempre es retaceada o manipulada según el interés que esté en juego. Lo cierto es que, puertas adentro, en las fábricas se viven momentos de incertidumbre y preocupación.

Tres datos, tres

Hay tres cuestiones que se repiten cada vez que estas cosas suceden. Y tenemos que reflexionar sobre ellas, para saber cómo actuar.
Lo primero que salta a la vista es la enorme dependencia que tiene nuestro país respecto del mercado mundial. Los efectos de cualquier desbarajuste caen a los pocos días, sin filtro, sobre nosotros. Todos los números y frases adornadas que dicen que estamos progresando, creciendo, innovando, se desvanecen en el aire. Nos tienen como una semicolonia, para exprimirnos y sacarnos todo. Y los industriales argentinos sólo quieren ser los felpudos del imperio. No les da para más.
En segundo término, el (no) accionar de autoridades nacionales y provinciales. Como si fueran cronistas de un desastre natural, ministros y gobernadores hablan fingiendo preocupación pero nada más. Todos los subsidios y las insultantes ventajas impositivas para los empresarios no cuentan. Los suspendidos siguen suspendidos, los despedidos, despedidos.
Y tercero, el patético papel de los sindicalistas adictos al poder. Como marionetas de las patronales, ellos mismos anuncian las suspensiones. Incluso las pintan como si fueran algo positivo. ¿Paro, asamblea, movilización? No, ni cerca. Algún whisky con los empresarios y firman cualquier cosa. Se nota a la legua que hace mucho, mucho tiempo, que no viven con el mismo salario y las preocupaciones de una familia trabajadora.

Los de arriba la hicieron, los de arriba la pagan

Mientras se mantengan las cosas como están, los trabajadores siempre vamos a terminar pagando los platos rotos. Nos palmean el hombro cuando los números les dan bien y nos echan como perros cuando se les achica un poco la torta. Nuestros hijos, nuestra vida, no les interesan. Aunque nos hagan regalitos a fin de año y digan que somos «una gran familia».
Se necesitan medidas firmes, que garanticen nuestro derecho al trabajo:
Ley de prohibición de despidos y suspensiones. No es cierto que las patronales no pueden pagar los sueldos, lo que quieren es seguir ganando millones. El derecho al trabajo es más importante que la ambición empresaria. Hay que impedir suspensiones y despidos. Y si no cumplen, el estado debe hacerse cargo de la empresa, y dejarla bajo control de sus trabajadores.
Apertura de los libros contables de las empresas que acusan crisis. Los vemos llorar como si estuvieran hundidos y al mes se compran autos, mansiones, campos y yates. Los empresarios siempre caen parados. Hay que abrir los libros contables de sus empresas, para ver si hay crisis real o (como seguramente es) simplemente quieren mantener las súper ganancias a costa de nuestro futuro.
Ley de reparto de las horas de trabajo. Al mismo tiempo que suspenden y despiden, hay compañeros que se tienen que deslomar trabajando. Si ellos trabajaran entre 6 y 8 horas, habría muchos más puestos de trabajo. O sea, todo el trabajo disponible, repartido entre los trabajadores disponibles. No como ahora que todo el trabajo se reparte entre los menos posibles.
Estas propuestas pueden parecer difíciles. Pero mejorar nuestra situación con las reglas de juego actuales es imposible.
Hay que animarse a pelear por ellas. Y también por un modelo económico donde la industria, el campo, los bancos, etc., esté al servicio del pueblo y no de la ganancia de unos pocos.

Setiembre: 2,5 millones de trabajadores en huelga
Octubre: 2 mil suspensiones en VW y Fiat Córdoba

                           Martín Torres

SUSPENCIONES


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