El 7 de setiembre, al llegar a Estambul los compañeros del Partido Democrático de los Pueblos (HDP) venían de realizar un acto con otras organizaciones reclamando paz para los pueblos, contra la guerra de Recep Erdogan, el presidente de Turquía. La situación, era tensa. Por un lado Erdogan y su partido, el AKP, echaban leña al fuego del nacionalismo turco contra el HDP y cualquier organización pro kurda, incluso contra otras comunidades, como la armenia.
El lunes 7, luego de una entrevista con el diputado armenio Garo Paylan y de haber pasado por el local del HDP en Estambul, de manera sincronizada y en todo el norte y oeste del país, fueron atacados y en algunos casos incendiados casi 400 locales del HDP por hordas fascistas organizadas por el gobierno. Yo mismo vi cómo estos grupos estaban bajo el local del HDP, a mi arribo a la ciudad de Gaziantep. Esa provocación sólo podían armarla fuera del Kurdistán turco (del norte). En el propio Kurdistán no podían darse ese «lujo». Por lo tanto utilizaron el ejército y la policía como tropas de ocupación, asediando y disparando contra la población indefensa. La ciudad de Cizre estuvo ocupada por más de 5.000 policías, tanques y helicópteros durante los 9 días que duró el estado de sitio. Los francoti-radores eran colocados en las terrazas por helicópteros. Allí asesinaron a 21 civiles, entre los cuales había un bebé y un chico de 14 años. Durante esos días, quien tenía un familiar muerto en casa lo mantenía con hielo o en un freeer porque la policía no permitía hacer funerales o llevarlo a un hospital. El agua o la telefonía fueron cortadas, como la luz en algunos casos. La misma situación se dio en el Barrio Sur de Diyarbakir los días 14 y 15 de setiembre. Los detenidos suman centenares y muchos son trasladados a Ankara para aislarlos de la solidaridad y el apoyo de su organización.
Una insurrección de masas
En estas y otras ciudades atacadas, la gente levantó barricadas para que el ejército y la policía no pudieran pasar y se defendía con piedras. En algunas calles atravesaban grandes lienzos para tapar la visibilidad de los francotiradores. El pueblo se organizaba en comités de autodefensa. Estos comités, como todas las organizaciones del Kurdistán, son presididos por una compañera y un compañero.
A la vez, dada la brutal agresión por parte del Estado turco, en muchas ciudades se declaró el autogobierno independiente. Ante ésto, Erdogan «despidió» a los representantes elegidos por el pueblo, pero no tiene a nadie para ocupar ese lugar a menos que ponga un virrey como si fuese una colonia. Por eso nada ni nadie puede detener esta verdadera insurrección del pueblo kurdo. Erdogan quiso danzar con lobos y lo que hizo fue echar nafta al fuego. No hay indicios que esto lo favorezca en las elecciones del 1º de noviembre, justo el día mundial declarado en homenaje a Kobane.
Caravana internacionalista
Fui parte de una caravana internacional para abrir un corredor humanitario a Kobane, junto a una nutrida delegación de compañeros italianos de distintas organizaciones solidarias con el pueblo kurdo. También había compañeros vascos, catalanes, belgas y alemanes. Fui el único representante americano. Lo primero que hizo la caravana fue un homenaje a los 32 compañeros de la Federación de Juventudes Socialistas, muertos en el atentado del 20 de julio perpetrado por ISIS (Estado Islámico) bajo total amparo del gobierno turco en Suruc. Allí nos recibieron los co-intendentes de esa ciudad, que gobierna el DBP (Partido de las Regiones Democráticas). Después recorrimos los campos de refugiados. Vimos cómo viven miles de familias que no pueden volver a Kobane porque sus casas están destruidas.
Es que pese a haber expulsado al ISIS, la situación de Kobane es desastrosa. No hay agua, la red cloacal está destruida, no hay luz y sólo funcionan algunos generadores pocas horas al día. Hay que reconstruir hospitales y escuelas. También son importantes las tareas para la alimentación (el desarrollo de la agricultura es clave) y la defensa. La municipalidad empezó a construir 1.300 casas, pero todavía hay que remover toneladas de escombros. Todo esto nos lo explicó el co-presidente del cantón(*) de Kobane quien nos recibió junto al encargado de la reconstrucción y a una compañera del movimiento de mujeres en un encuentro en la municipalidad de Suruc.
Hacia Kobane
El 15 de setiembre se cumplía un año del ataque de ISIS a Kobane. Ese día la caravana iba a llevar medicinas, equipamiento médico y útiles escolares a la ciudad. El ejército turco nos impidió el paso. Ya habíamos tenido una advertencia cuando en la combi que nos transportaba de Suruc a Urfa el día previo, la policía nos detuvo y nos hizo bajar, incluso a dos diputados italianos de SEL (Sinistra Ecologia e Libertà) que iban con nosotros. Retuvieron nuestros documentos y registraron todo lo que llevábamos. Los compañeros de Kobane nos pidieron que no respondiéramos a las provocaciones del ejército turco ya que la frontera, una vez a la semana y por pocas horas, se abre para que puedan pasar algunas cosas. Cualquier conflicto les daría una excusa para cerrarla del todo. Aún hoy hay contenedores con medicinas que Turquía no deja pasar y están casi en la fecha de vencimiento. La caravana finalmente hizo un acto y conferencia de prensa en el poblado de Mesher, a pocos metros de la frontera desde donde se podía apreciar la estratégica colina de Mistenur que domina toda la ciudad de Kobane.
Fue una experiencia muy importante y el MST estuvo presente. Espero que otros compañeros también puedan hacerla, mientras continuamos la solidaridad con el pueblo kurdo.
(*) Cantón: unidad territorial en que puede subdividirse un país; provincia, estado.
Kurdistán
El pueblo kurdo tiene más de 35 millones de habitantes y vive en una región que abarca 5 naciones: Turquía, Siria, Irak, Irán y un pequeño territorio de Armenia.
Al comenzar la guerra civil siria, los kurdos del Rojava proclamaron sus regiones autónomas, bajo el régimen de Confederalismo Democrático, en base a asambleas populares y donde la mujer cumple un rol destacado. Por eso se la llama «la revolución de las mujeres». Es épica la resistencia de la ciudad de Kobane contra la invasión del ISIS, con las Unidades de Defensa de la Mujer a la vanguardia. El imperialismo pretende dividir a Siria e Irak para controlar los recursos energéticos y para eso utiliza al ISIS. Pero la resistencia kurda es firme. Lejos de apoyar al dictador sirio Bashar Al-Assad, la revolución del Rojava no pretende un Estado kurdo: quiere ese régimen democrático vigente en Siria y todo Medio Oriente. En Turquía, lo aplican en el Kurdistán norte (Bakur).
El 7 de junio hubo elecciones en Turquía y el HDP, pro-kurdo, superó el antidemo-crático piso del 10% y logró 80 diputados nacionales. El islamista Erdogan tuvo que abandonar su plan de reformar la constitución para que Turquía se pareciera más a un sultanato que a una democracia burguesa.
Desde el 25 de julio, con la excusa de combatir al ISIS, Erdogan ataca a la guerrilla del PKK (Partido de los Trabajadores del Kurdistán) en el norte de Irak. También inició una persecución fascista contra el HDP en toda Turquía y una campaña de represión y ocupación militar del Kurdistán del norte, utilizando el sentimiento nacionalista del pueblo turco, para impedir las elecciones del 1º de noviembre en las zonas kurdas. Por eso es imprescindible apoyar a esta revolución que no conoce fronteras y es una palanca formidable para la revolución en Medio Oriente.
Fabio Marucci