En 2015, la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer (IARC) de la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció lo que muchas organizaciones, médicos, afectados y vecinos sabíamos desde hace años: el glifosato y el 2.4 D, los pesticidas que más se utilizan en Argentina producen cáncer.
A pesar de ello, 200 millones de litros-kilos de glifosato se consumen por año en la Argentina, generando una dosis potencial de exposición de 5 litros-kilos por argentino por año. Con ese marco sesionó del 15 al 17 de octubre en la facultad de Medicina de la UBA el Congreso de la Red de Médicos de Pueblos Fumigados.
Desde 2001 se escuchan voces de pueblos y barrios periféricos de ciudades grandes que denuncian que se enferman de una manera diferente y grave. De a poco médicos de estos pueblos y barrios se suman a la denuncia y expresan que sus pacientes se enferman de cáncer, trastornos endocrinos, inmunológicos y reproductivos de una manera nueva que no sucedía antes de que se empezara a fumigar como se hace en los cultivos transgénicos.
En Agosto de 2010 se convoca a un Encuentro Nacional de Médicos de Pueblos Fumigados en la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Córdoba para tratar de conocer y analizar lo que observaban estos médicos, ya que para la academia, como para los ministerios de salud, no existía un problema vinculado a la exposición a plaguicidas. Concurren más de 300 profesionales de 12 provincias y muchos científicos del CONICET muestran sus investigaciones que reafirmaban el vínculo entre agroquímicos y daños a la salud.
Así se conforma este colectivo nacional que actúa como usina contrahegemónica de la corporación académica vocera del extractivismo transgénico.
Con el ejemplo de Andrés Carrasco: ciencia al servicio del 99 %
Junto a representantes de FESPROSA participamos de este evento planteando la necesidad de nacionalizar la campaña que impulsamos desde el colectivo “Andrés Carrasco” por la prohibición del glifosato en Argentina. Además insistimos en la necesidad de discutir una propuesta alternativa en el terreno agroecológico y para toda la orientación productiva del país. Mientras terminaba el evento empezaron a trascender en los medios los resultados de una investigación llevada adelante por científicos de la Universidad de La Plata que daban cuenta de la contaminación con glifosato en artículos de higiene personal para mujeres. Increíble pero real. El algodón transgénico es portador de dosis peligrosísimas del veneno condenado por la OMS. Las repercusiones en la prensa se multiplicaron. Emplazamos desde nuestro colectivo al ministro de salud de la nación a intervenir en la situación en defensa de la salud pública. En paralelo queremos insistir con una tarea: es crucial que la Red Ecosocialista junto a los profesionales de la salud en todo el país llevemos a cada facultad, colegio, hospital y centro sanitario esta campaña de concientización social. El modelo capitalista extractivo envenena, enferma y mata. Nuestras vidas valen más que sus ganancias.
Mariano Rosa
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