Del 10 al 12 de octubre, decenas de miles de mujeres participamos del Encuentro en Mar del Plata. Salimos fortalecidas para seguir luchando contra la violencia machista y por todos nuestros derechos.
Como era de prever en el año del Ni Una Menos, el tema más sentido esta vez fue el de la violencia de género. Fue eje de más de 20 talleres y cruzó todo el Encuentro. Los más de 50 femicidios ocurridos desde el 3J nos reafirma que es preciso seguir movilizadas.
Con una participación muy superior a la del año pasado en Salta, este ENM expresó en forma contundente el creciente protagonismo del movimiento de mujeres, con su diversidad de agrupaciones y miradas. Como siempre, no faltaron debates organizativos y políticos.
Algunos des-encuentros
La comisión organizadora, que hegemoniza el PCR, repitió sus criterios errados. No permitió una integración plural. Hizo la apertura en un estacionamiento cerrado, dejando a miles afuera. No garantizó suficiente alojamiento ni lugar para talleres. Pactó con el gobierno y la Iglesia no marchar ante la Catedral. Y volvió a resolver la nueva sede en un acto minoritario. Hay que superar este burocratismo, que obstaculiza la lucha de las mujeres.
Para las agrupaciones K, en el tema femicidios el problema es la justicia. Compartimos que hay que cambiar esta justicia machista y tenemos propuestas. Pero el gobierno es responsable al seguir negando los fondos para garantizar refugios, asistencia integral y subsidios. Junto a castigar a los femicidas, esas medidas son clave para evitar más femicidios. Y muchas compañeras que simpatizan con el gobierno lo saben.
En cuanto a las agrupaciones de los partidos del FIT, tampoco estuvieron a la altura de lo que hace falta. Unas hablaron de todo por igual y otras sólo hicieron autobombo. Y con su habitual sectarismo, no fueron a la reunión que organizaron las periodistas convocantes del 3J, no integraron la columna conjunta que pasó ante la Catedral ni llevaron al Encuentro ninguna propuesta unitaria de movilización.
Juntas, con más fuerza
Nosotras tuvimos otra actitud. Con más de mil compañeras de todo el país -muchas de ellas nuevas- y con la victoria de haber logrado la perpetua al femicida de Paola Acosta, nos centramos en la lucha antiviolencia y llevamos una propuesta bien unitaria: un plan de lucha nacional por Ni Una Menos con tres fechas claras (25N, 8 de Marzo y el próximo 3J). Este planteo cayó muy bien entre las mujeres independientes.
Participamos en la apertura, en numerosos talleres, en el acto de las mujeres kurdas, en la reunión por Ni Una Menos e hicimos una exitosa charla. Compañeros varones ayudaron en las tareas de organización. En la marcha, nuestra combativa columna fue de las más grandes y vistosas e integramos la columna unitaria que encabezó la Campaña por el Derecho al Aborto para pasar -como siempre- por la Catedral. Allí resistimos la inédita represión de la Bonaerense de Scioli y, aunque hubo varias compañeras heridas por balas de goma y muchísimas afectadas por los gases, nuestra columna desfiló completa ante la Catedral.
Volvimos de Mar del Plata con las pilas recargadas para seguirla contra la violencia machista, por el derecho al aborto y todos nuestros derechos, y contra este sistema capitalista y patriarcal, padre de todas las violencias. Muchas de las compañeras nuevas ya se están sumando a Juntas y a la Izquierda y al MST. Y ahora vamos con todo a la marcha del 25N, para poner de nuevo en las calles del país el grito Ni Una Menos.
Juntas y a la Izquierda
Festival contra la represión
El 21 se realizó un festival unitario contra la represión a la marcha del Encuentro. Unas 300 mujeres y varones -de Juntas y a la Izquierda y otras agrupaciones- nos concentramos ante la Casa de la Provincia de Buenos Aires. Participaron varias artistas y se homenajeó a Diana Sacayán. Volvimos a gritar que si la respuesta del gobierno al “Ni Una Menos” son gases y balas de goma, vamos a redoblar nuestras luchas.
Flor Carral
La 60, presente en el Encuentro
La heroica pelea de los choferes de la 60 estuvo presente en el Encuentro. Una delegación de sus esposas viajó con nosotras, participó de los talleres y de la marcha con su bandera. Y un colectivo viejo de la 60, que manejó el compañero Víctor Verón, nos ayudó en todas las tareas y también enfrentó la represión en la Catedral. ¡Muchas gracias, compañerxs de la 60!
Ana Urruti
Justicia para Karina Abregú
Karina sobrevivió a un intento de femicidio. Por años sufrió violencia de quien era su marido: Gustavo Javier Albornoz. Presentó varias denuncias, pero sin respuesta. En enero, tras una fuerte discusión, él la golpeó y le prendió fuego. Aunque intentó matarla y le dejó más de medio cuerpo quemado, sólo estuvo preso un mes. El 9 empieza el juicio en los Tribunales de Morón. Allí estaremos junto a Karina, su hermana Caro y su familia.
Natalia Espasa
En homenaje a Diana Sacayán
“Cuando yo me vaya no quiero gente de luto. Quiero muchos colores, bebidas y abundante comida; esa que de niñ* me hacía falta. Cuando yo me vaya no aceptaré críticas; más razonable y serio sería que me las hagan en vida. Cuando yo me vaya desearía una montaña de flores… esa que l*s mil amores por los que he sufrido nunca supieron regalarme. Cuando yo me vaya no quiero farsantes en mi despedida; quiero a mis travas queridas, a mi barrio lumpen a mis herman*s de la calle, de la vida y de la lucha. Cuando yo me vaya sé que en algunas cuantas conciencias habré dejado la humilde enseñanza de la resistencia trava, sudaca, originaria. Cuando yo me vaya quiero una despedida sin cruces; tod*s saben sobre mi atea militancia. Y sin machos fachos, porque también saben sobre mi pertenencia feminista. Cuando yo me vaya espero haber hecho un pequeño aporte a la lucha por un mundo sin desigualdad de género, ni de clase. Cuando yo, esta humilde trava se vaya, no me habré muerto… simplemente me iré a besarle los pies a la Pacha Mama.” (Poema de Amancay Diana Sacayán, activista travesti asesinada el 13 de octubre).