Cataluña avanza

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El lunes 9, en una decisión histórica, el Parlamento de Cataluña aprobó por 72 votos a favor y 63 en contra el llamado «proceso de desconexión democrática» para constituir una república independiente del Estado español en dos años.

A favor votaron los bloques independentistas: Juntos por el Sí -Convergencia Democrática (CD) e Izquierda Democrática- y Candidatura de Unidad Popular (CUP), de izquierda radical. En contra votaron el derechista Partido Popular -que gobierna el Estado central-, el Partido Socialista, Ciudadanos y Sí se puede (Izquierda Unida, Podemos y Verdes). Estos últimos erradamente desoyen el clamor popular por liberarse de España y propusieron un «referéndum» pactado con el Estado central, en una capitulación de hecho a éste.
Si bien es correcto apuntar a una integración de Cataluña en una futura federación socialista de repúblicas ibéricas, el paso ineludible es la ruptura con el Estado monárquico capitalista español, una tarea democrático-revolucionaria en la que hoy el pueblo catalán es vanguardia.

Acción y reacción

La votación del Parlamento es fruto de la elección de setiembre pasado, empujada a su vez por marchas soberanistas masivas. Como bien lo señaló nuestro diputado Alejandro Bodart, quien estuvo en Barcelona en esos días invitado por la izquierda independentista, «la movilización del pueblo catalán por su independencia es hoy el proceso más dinámico de Europa».
El plan aprobado dispone iniciar en 30 días el proceso constituyente e implica la ruptura con Madrid: «No se supeditarán a las decisiones de las instituciones del Estado español, en particular del Tribunal Constitucional». El jefe de gobierno español Mariano Rajoy ya pidió a ese Tribunal reaccionario que declare ilegal el plan y amenaza con sanciones económicas, políticas y penales.
Entre sus 9 puntos, el plan catalán llama a la desobediencia civil, plantea crear una Seguridad Social y una Hacienda Pública propias -para recaudar los impuestos que dejarán de pagar al fisco español-, preparar un programa de shock social y refinanciación de la deuda pública, y no aplicar las nuevas leyes españolas de enseñanza y de seguridad. No es un plan anticapitalista, pero sí democrático y progresivo.

Desafíos a cada paso

La tarea inmediata es enfrentar la ofensiva anti-catalana del Estado español. A su vez, el camino hacia una Cataluña libre enfrenta fuertes contradicciones. La principal es que al frente del proceso independentista hoy están Artur Mas y CD, el partido nacionalista tradicional, que defiende los intereses de la burguesía catalana, tantas veces ha negociado con Madrid y además está plagado de corrupción.
Así como la movilización del pueblo catalán fue la que empujó los pasos logrados hasta hoy, su continuidad es también la única garantía de avance y de superación de la actual dirección de CD. La CUP, que se define como anticapitalista y se ha venido fortaleciendo, tiene una oportunidad y una gran responsabilidad en ese sentido. Por su parte, el frente Sí se puede debería cambiar su línea y sumarse a una perspectiva de independencia y anticapitalismo para Cataluña.

Pablo Vasco

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