Patria Grande (PG) hizo pública su posición frente al balotaje sumando su apoyo a la candidatura de Scioli. Su principal referente, Hagman, dedicó buena parte de los espacios brindados por medios oficialistas a encarar una verdadera campaña contra la izquierda, tildándonos de sectarios e irresponsables por llamar a votar en blanco.
Patria Grande replica la campaña apocalíptica del oficialismo. Correctamente identifica a Macri como representante del capital concentrado, la oligarquía y el imperialismo. Pero pasa por alto que Scioli representa los mismos intereses.
Este último reafirmó su compromiso con las megamineras días después que la Barrick Gold derramara un millón de litros de agua cianurada en San Juan. En plena campaña reiteró su filiación menemista en un acto en La Rioja con un «reconocimiento» al ex presidente privatizador. Su gestión en Buenos Aires se ha caracterizado por los mismos ataques a los trabajadores, la salud y educación públicas que hemos visto en la CABA del PRO. Y la Bonaerense, de represora, asesina y corrupta no tiene nada que envidiarle a la Metropolitana. Los dos sostienen, además, el fracking y el agronegocio. De precarización laboral ni hablar. Los estados que uno y otro administran hace 8 años son emblemas de la precarización. Ambos mantienen acuerdos con la burocracia sindical de todo pelaje. Scioli además se apoya en los peores elementos del pejotismo feudal de las provincias, Insfrán, Gioja y tantos otros carcamanes. ¿Y Proyecto X? ¿Tiene muchas diferencias con el espionaje macrista?. Como corolario, el candidato K afirmó en La Nación que se propone aplicar «tolerancia cero» con los piquetes. Sobra prontuario –y presente- de derecha en uno y otro.
Campaña unitaria por el voto en blanco para debilitar el ajuste que preparan
Para PG, aunque un gobierno de Scioli representaría un retroceso, uno de Macri implicaría un retroceso «aún mayor». Es la vieja maniobra oportunista del mal menor. Entre dos opciones nefastas se pretende convencer que, al ser una peor que la otra, tenemos que apoyar y así fortalecer la «menos mala». Es un camino de ida … hacia la derecha.
Esos planes de ajuste, sin embargo, chocarán con la resistencia popular. PG tristemente da por perdida esa lucha en el caso de ganar Macri, hecho que de por sí «sería una dura derrota política y simbólica para nuestro pueblo».
En realidad, qué tanto logre el próximo presidente implementar una agenda anti-popular dependerá de cuánto apoyo tenga y cuánta resistencia le opongamos en las calles.
La primera medición de apoyo que va a condicionar al próximo gobierno es el resultado del 22. Tan importante como quién gane el balotaje, será cuánto apoyo puede mostrar que tiene el vencedor. Por eso es tan equivocado votar a Scioli como votar a Macri. Cada voto a uno de ellos es un voto que fortalece a ese candidato que, si gana, tendrá tanto más respaldo para aplicar su ajuste.
El voto en blanco es la mejor herramienta que tenemos para debilitar al próximo gobierno de derecha. Cuánto más alto sea, menos respaldo tendrá para ajustar. Por eso llamamos al conjunto de la izquierda y los sectores populares a encarar una campaña unificada por el voto blanco.
La verdadera irresponsabilidad es la de PG, que llama a fortalecer, con el voto, a un candidato de derecha. Como la lógica más elemental indica, votar a la derecha es funcional a la derecha.
Todavía se está a tiempo de cambiar y evitar contribuir al fortalecimiento del próximo gobierno conservador. Sabemos que existen debates y profundas contradicciones en militantes y simpatizantes de PG con la posición asumida. Los convocamos a actuar con independencia de una orientación completamente equivocada.
Federico Moreno y Mariano Rosa
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