En la Legislatura, el 18 se hizo la audiencia pública previa a la segunda votación de la ley macrista para regalarle 18 inmuebles al Arzobispado porteño, aprobada por la mayoría de los bloques K y SUMA+. Extractamos la intervención del diputado Bodart:
“Yo voté en contra de esta cesión. Es una barbaridad. El patrimonio que es de todos debe ser usufructuado por todos y para eso debe seguir siendo público y estar al servicio de lo público y no de lo privado. No estamos hablando de una pequeña ONG pobre que juega un rol social, sino de una institución que es la segunda fortuna del mundo y mueve miles y miles de millones de pesos, y a la cual el Estado -que se retira cada vez más de lo público por los gobiernos que tenemos- le cede en la Ciudad millones en subsidios, además de seguir aplicando las leyes de la dictadura que hacen que todos los que estemos acá le paguemos los sueldos a los cuadros de esa institución. (Aplausos). Le pagamos las becas a los seminaristas, las jubilaciones a los obispos, arzobispos y curas; también están exentos de todos los impuestos, reciben subsidios por arreglos y refacciones de sus establecimientos. Les subsidiamos los colegios. Hasta la luz de la Catedral les pagamos. Lo que necesita el Estado es dejar de regalarle y empezar a recuperar parte de lo que se han quedado todos estos años. (Aplausos). Desde ya que se podrían haber hecho muchas cosas con esos predios. Yo creo que deberían volver todos al Estado y, entre todos, discutir cómo los ponemos al servicio de lo público. (Aplausos). Los podrían haber cedido. Los podrían haber alquilado. Los podrían haber comprado. Pero no: decidieron regalárselos. Parece que tener un Papa argentino nos aleja del discurso de ‘la Iglesia de los pobres’. Si fuera así, debería decir: ‘No, gracias; no los quiero. Como mínimo, cóbrenme algo, se los pago’. (Aplausos).
No es que el Estado no llega porque no quiere y por eso la Iglesia va en ayuda. No. Tenemos gobiernos que no quieren hacer lo que debería hacer el Estado: llegar con lo público hasta el último rincón y dejar de lado instituciones como éstas, que son profundamente reaccionarias y van en contra de una verdadera educación democrática y popular, que es la que necesita nuestro pueblo. Yo voy a seguir votando en contra. Pero hacen falta 40 votos para sancionar esta ley y el PRO tiene 28. La votaron 47 diputados. Entonces, sáquense la careta los ‘progresistas’, que hablan de la escuela pública pero después van y meten el votito. (Aplausos). ”