El 25N, día internacional de lucha contra la violencia hacia las mujeres, miles y miles salimos de nuevo a las calles. A casi seis meses del histórico 3J, los femicidios y la violencia de género no cesan. Y con su inacción, todos los gobernantes son cómplices.
Según el demorado “Plan Nacional de Acción 2014-2016” del Consejo Nacional de las Mujeres, a nivel nacional hoy hay apenas 67 casas-refugio, estatales o de ONGs, con 1.585 plazas para mujeres e hijos víctimas de violencia. Pero resulta que según la Asamblea de Derechos Humanos de la ONU en todo el país debería haber como mínimo 4.300 refugios… O sea que, aun creyendo en las cifras oficiales, ¡tenemos 64 veces menos de lo necesario! El Estado tampoco garantiza la asistencia integral ni subsidios de ayuda a la mujer.
En la perspectiva de luchar contra este sistema capitalista y patriarcal, que es el padre de todas las violencias, desde Juntas y a la Izquierda y el MST te planteamos nuestras propuestas concretas para combatir la violencia machista:

La Ley 26.485 de “protección integral” se votó a fin de 2009. Que el gobierno nacional termine de reglamentarla del todo y que adhieran Córdoba, San Juan, Salta y Misiones.
Como la ley sin presupuesto no sirve de nada, los gobiernos deben reconocer la emergencia en violencia de género y asignar ya mismo presupuesto suficiente para:
Asistencia integral a la mujer: patrocinio jurídico gratuito, atención psicológica, patrocinio especializado para defensa de la niñez y atención específica a hombres violentos.
Ampliación sustancial de las casas-refugio transitorias, además de hogares de día. Si no se brinda alternativa, se condena a la mujer a volver a convivir con el violento.
Subsidios de reinserción laboral y habitacional para que las mujeres víctimas puedan autovalerse, rehacer sus vidas y las de sus hijos. Cupo de empleo estatal.
Campañas de prevención y concientización sistemáticas. Inclusión del tema violencia de género en todos los niveles del sistema educativo.
Control social de los fondos con participación directa de las organizaciones de mujeres, para que la plata se destine a las finalidades que corresponden.

También hacen falta importantes cambios a nivel judicial:

Pérdida automática y definitiva de la patria potestad del femicida, manteniendo la obligación alimentaria hacia los hijos.
El botón antipánico no es solución: monitoreo electrónico con control social al violento que viole la restricción judicial de acercamiento.
Apertura de Oficinas de Violencia Doméstica de la Corte Suprema en todas las provincias (hoy sólo hay en 5 ó 6).
Verdadera democratización de la justicia y la policía con elección de los jueces, fiscales y comisarios por voto popular, como parte de una reforma total. Implementar en todo el país los juicios por jurados populares.