Macri ganó la presidencia argentina y es probable que en Venezuela Maduro tenga un resultado desfavorable frente a la opositora Mesa de Unidad Democrática (MUD). Este avance de las alternativas más conservadoras en nuestro continente ha llevado a sectores de la izquierda popular como Patria Grande e intelectuales como Atilio Borón a apoyar a un exponente de la derecha como Daniel Scioli.
Semejante contradicción proviene de una concepción errada sobre el proceso revolucionario latinoamericano. El verdadero protagonista del ascenso antiimperialista de la última década y media ha sido el pueblo movilizado, no los gobiernos.
Durante años los precios altos de los commodities, como el petróleo y la soja, permitieron a los gobiernos de Argentina, Venezuela y otros conceder amplias demandas del movimiento de masas mediante elevados gastos sociales mientras le garantizaban a los empresarios suculentas ganancias. Pero el advenimiento de la crisis capitalista mundial liquidó los márgenes para las medias tintas. O se avanza sobre las ganancias capitalistas para garantizar las necesidades populares, o se ajusta al pueblo para sostener las ganancias. Ya no alcanza para las dos cosas. Y tanto Maduro como el kirchnerismo optaron por el ajuste.
Ese giro aprisiona las ilusiones y expectativas del movimiento de masas y le abre camino a alternativas conservadoras como MUD o PRO. El papel de la izquierda en la encrucijada en la que se encuentra el proceso revolucionario latinoamericano tiene que ser el de pelear por una salida anticapitalista a la crisis y señalar una alternativa al rumbo de ajuste por el cual nos llevan los gobiernos.
Apoyar sin críticas a Maduro, que viene ajustando al pueblo venezolano, y no decir nada de la restauración capitalista en Cuba, sólo fortalece el giro a derecha de esos gobiernos. Giro que, a su vez, ayuda a que avancen las alternativas predilectas del imperialismo en la región. El llamado a votar a Scioli sólo sirvió para cubrirlo por izquierda para que él se pudiera dedicar a prometer reprimir los piquetes y tenderle puentes a los buitres y los exportadores de soja. La efectividad de combatir a la derecha con más derecha está hoy a la vista.
Igualmente, el gobierno de Macri no tiene carta blanca para avanzar su agenda antipopular. Va a tener que enfrentar a un pueblo que, lejos de estar derrotado, le va a dar la pelea ante cada paso. A Patria Grande, y a otros compañeros que pensaron que Scioli podía ser una herramienta para frenar a Macri, los llamamos a reflexionar sobre esto y a preparar las luchas que se vienen.
Federico Moreno