Para los que peleamos por transformar la realidad a favor de las mayorías, el 2015 fue un año muy intenso en términos políticos. Elecciones, luchas, debates y profundos cambios políticos fueron la tónica general de este año que termina. Contentos por los avances logrados, nos preparamos para encarar un 2016 que promete ser un año convulsionado y de nuevos desafíos.
Córdoba, en manos de un débil bipartidismo
El escalonamiento electoral nos llevó a transitar seis meses de campaña electoral ininterrumpida.
A pesar de financiar sus campañas con fondos públicos y contar con el apoyo de lo más concentrado del empresariado local, el PJ y la UCR lograron mantenerse en el gobierno, pero sólo consiguieron pálidos triunfos. Y hoy, luego del «tsunami amarillo», Mestre y Schiaretti se muestran cerca de Macri, con la esperanza de ser bendecidos por la billetera, pero también para poder usufructuar parte del 71% cosechado por el PRO y diluir así sus magros 32% y 39% respectivos.
Avanza un nuevo proyecto de izquierda
Junto a Raúl Gómez, Sofía Gatica, Maru Acosta y decenas de jóvenes y trabajadores logramos una lista que expresó las principales luchas del pueblo cordobés y consolidamos un proyecto político de alcance provincial, que también dio pelea en numerosas elecciones municipales.
Que en pocos meses hayamos sumado decenas de nuevos militantes en más de 10 ciudades del interior provincial, demuestra la potencialidad del proyecto de esta nueva izquierda que estamos construyendo.
En la elección provincial realizamos una importante elección, quedando a escasos votos de conquistar una banca, logrando instalar una propuesta de izquierda distinta. Y en las municipales de la Capital consolidamos este avance, quedando prácticamente empatados con el FIT. Logramos mantener nuestro caudal electoral ante el desbarranque de la izquierda sectaria que perdió el 60% de sus votos en sólo dos meses.
Dimos un salto en visibilidad, conocimiento y logramos atraer hacia la izquierda a sectores que no venían acompañándonos. El sacrificio de la militancia que protagonizó una campaña hecha a pulmón tuvo su recompensa.
Los debates de la izquierda, cada vez más claros
La negación del FIT a las innumerables propuestas de unidad que les hicimos llegar, evidenció la cerrazón y el escepticismo de este frente. Se desperdició la oportunidad de conquistar más bancas en la Legislatura y en el Concejo de la capital, pero sobre todo, la fragmentación frustró una vez más la posibilidad de avanzar en ser vistos como opción de poder.
Continúa siendo urgente la necesidad de transformar la vieja cultura de izquierda, abandonando el sectarismo y abriéndose incluso a trabajar con sectores que provienen de otras tradiciones políticas, construyendo en base a firmes acuerdos políticos.
No nos resignamos. En 2016 seguiremos impulsando esta perspectiva. El rechazo a nuestra propuesta de conformar un interbloque en la Legislatura, o el hecho de que al asumir los diputados del FIT hayan conformado dos bloques separados, es ya anecdótico. Pero sirve para confirmar que el FIT es enemigo de la perspectiva unitaria que proponemos para que la izquierda se transforme en una opción de gobierno. Confiamos en que la realidad imponga a estos compañeros la reflexión, cada vez más necesaria.
Una banca de los trabajadores y sus luchas
En el tiempo que ocupamos la banca en la unicameral respetamos el compromiso que hicimos al asumir: ponerla al servicio de las luchas de los trabajadores, de los jóvenes, las mujeres y en defensa del medioambiente.
Presentamos numerosos proyectos en esta dirección, elaborados en conjunto con los trabajadores de Minetti, de la Asamblea de Malvinas, de vecinos de Porta, con familiares víctimas de femicidio y de represión policial.
Logramos incluir en la agenda temas ajenos a una legislatura dormida y al dejar la banca pusimos estos proyectos a disposición de los legisladores que quieran tomarlos para pelear por su aprobación. Y al hablar en la última sesión, les avisamos a los legisladores de los viejos partidos que no se confiaran, que volveríamos a la legislatura para continuar estas peleas.
Luciana Echevarría