Aunque Macri no haya presentado un plan económico acabado, sus primeros anuncios y medidas nos indican que nada bueno debíamos esperar de este fiel representante de las corporaciones y los grandes capitales.
Su famosa frase de que iba a eliminar el «cepo» al dólar el 10 de diciembre, más allá que no cumplió, lo que sí hizo fue aumentar las expectativas devaluatorias y su consecuencia lógica: el aumento de precios, duplicando en noviembre la inflación de los meses anteriores. Seguramente mucho mayor será el impacto en diciembre, con aumentos que superan el 40% en las carnes, el 100% en la harina y en general mayores del 25% en otros productos alimenticios y de primera necesidad. Todos los especuladores financieros, los grandes supermercados y distribuidores de alimentos se «cubren» a futuro porque ya saben (lo dijo el propio Macri) que habrá un solo tipo de dólar y seguramente estará cercano a 15 pesos y a ese nivel de dólar remarcan todos los productos. Obviamente los mayores perjudicados por esta especulación de los grandes somos los trabajadores y sectores populares que gastamos la mayor parte de nuestro sueldo en comida. Por otra parte, dio marcha atrás en su promesa de eliminar el impuesto al salario y sólo lo hizo parcialmente para los que ganan menos de $ 30.000 en el aguinaldo de diciembre.
Eso sí, a los que sí les está cumpliendo es a los de arriba, los anuncios esta semana sobre la eliminación de las retenciones a los productos agrícolas, incluida la baja de 5 puntos a la soja lo posicionan claramente en la vereda de enfrente de los trabajadores y sectores medios y populares, incluyendo a los pequeños y medianos productores. Esto es lo que significa la eliminación de las retenciones a las exportaciones y a las trabas de las importaciones (que exigían desde hace años el imperialismo y la Organización Mundial de Comercio). Con esto corren riesgos los puestos de trabajo industrial, ya que nos inundarán de productos importados a más bajo costo que el nacional pese a que el flamante ministro de producción Francisco Carrera promete que «preservarán los puestos de trabajo», cosa que todos sabemos que nunca se cumple.
Además, como se encontró con muy bajas reservas en el Banco Central (como si no lo hubiera sabido de antemano) es seguro que durante los próximos meses continuará con mayor emisión monetaria para poder pagar sueldos y aguinaldo, de modo que seguirá el espiral inflacionario.
Las medidas de fondo o más a largo plazo que esbozan sus ministros tampoco son auspiciosas: promete pagarle a los buitres y endeudarnos más con los organismos internacionales y países, con la esperanza de que eso aumente las reservas y traiga inversiones, historia que ya conocemos y que nunca terminó bien para los trabajadores.
Gerardo Uceda
Cinco medidas de emergencia contra la inflación
1- Que el gobierno establezca el pago de un doble aguinaldo para compensar los aumentos del último mes.
2- Necesitamos un aumento generalizado de salarios, jubilaciones y planes sociales que cubra el costo de la canasta familiar y que se actualicen automáticamente cada tres meses de acuerdo a la inflación real. Junto con eso exigimos la eliminación total e inmediata del impuesto al salario, ya que el sueldo no es ganacia.
3- La supresión del IVA a todos los productos de consumo popular y masivo lograría un efecto antiinflacionario inmediato mayor del 20% si conjuntamente controlamos que los grandes formadores de precios lo apliquen. Los ingresos tributarios que no entren al Estado por esta vía y la de los salarios que los pongan los grandes empresarios que se beneficiaron durante la «década desperdiciada K» a través de impuestos progresivos a las grandes ganancias y riquezas.
4- Contra la especulación y la remarcación proponemos la elaboración de precios máximos controlados por los consumidores y asegurar la adecuada provisión de stocks mediante la aplicación de la Ley de Abastecimiento, con apertura de los grandes depósitos de las cadenas de supermercados, multas y hasta prisión para los que acaparen, desabastezcan o especulen.
5 – Para asegurar las reservas en dólares, que se suspendan todos los pagos de la deuda, se intervenga el comercio exterior y la banca para impedir la fuga de capitales y las maniobras de sobre y subfacturación de los grandes grupos sojeros y exportadores.
Solo con medidas concretas como éstas podremos hacer que la inflación no siga carcomiendo el poder de compra de nuestros salarios y que la crisis que legó el kirchnerismo y que continúa con este nuevo gobierno no la paguemos los de abajo.