Cambiemos busca “normalizar” un régimen deteriorado… La “política” en debate

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El 2015 dejó en evidencia que el régimen político argentino es un entramado inestable sometido a las rencillas interburguesas y las presiones del movimiento de masas. De los 52 domingos del año hubo elecciones en 30, escandalosas muchas de ellas y esta “carrera electoral permanente” desgastó no solo a millones de personas sino a las propias instituciones que terminan pidiendo por favor medidas para “normalizar” esta locura.

Normalizar para controlar

El debate sobre la necesidad de una reforma política se está dando a lo ancho y a lo largo del país, lo impulsa el macrismo a nivel nacional, acompañado por el PJ y también se discute en Neuquén, Entre Ríos, Buenos Aires y otros distritos.
Las tónicas comunes comienzan por la unificación de los calendarios electorales, colocando una fecha nacional y otra para las elecciones provinciales a fin de evitar vivir en elecciones permanentes. Otro punto fuerte del debate tiene que ver con la boleta única y/o electrónica. Los escándalos de Tucumán, Formosa y otras provincias ponen en evidencia lo arcaico y pro fraude del viejo modelo de boleta por partido. Pero tras cartel de estas reformas, en principio “correctas” se esconde una batería que apunta a limitar aun más la expresión democrática de las masas. Esta normalización de ninguna manera tiene que ver con “transparentar” sino con avanzar en controlar y solidificar al régimen político para que sea menos imprevisible. Por eso una de las medidas apunta a crear un ente autónomo que controle el proceso electoral. En muchas provincias se discute la extensión de las PASO como una forma de intervenir cada día más en la vida interna de los partidos, la instalación de segunda vuelta como mecanismo para canalizar el voto hacia alguna variante de la política tradicional e incluso los cambios en la forma de elegir diputados introduciendo la “regionalización” como una forma de favorecer a los partidos mayoritarios y debilitar a las expresiones emergentes, fundamentalmente a la izquierda.
Es por eso que hay un consenso burgués casi total en relación a la reforma política y sus objetivos, porque lo que persigue no es la transparencia sino el control y la previsibilidad , en tiempos donde las crisis crónicas debilitan los regímenes permitiendo que se cuelen recurrentemente expresiones “anti régimen”.

Democratizar la democracia

Es evidente que este régimen decadente necesita transformarse, la ficción democrática en la que vivimos ya está a la vista de millones que observan como los gobernantes manosean todas las leyes a su conveniencia, acomodan las elecciones, y utilizan el fraude como una práctica cotidiana. Lo que también es evidente es que los mismos políticos que construyeron y mantienen este régimen tendrán como único objetivo «reformar» para mantener sus privilegios.
El actual régimen político es el resultado de un Estado al servicio de los capitales concentrados, en el cual los “políticos” profesionales son gerentes con intereses propios. Una primer medida para democratizar debe partir de realizar una Asamblea Constituyente libre y soberana, para reconstruir el país sobre nuevas bases, donde se establezca con claridad que los políticos no tengan ningún privilegio sino que estén obligados a utilizar los servicios públicos, sus mandatos sean revocables y ganen lo mismo que un trabajador. A los mecanismos electorales no alcanza con democratizarlos formalmente, hace falta la boleta única pero también establecer mecanismos de participación directa de los trabajadores en las decisiones fundamentales, consultas populares vinculantes, referéndums o incluso consejos donde la participación política no sea solo para los profesionales de la política. Podemos agregar también la necesidad de que los jueces y comisarios se elijan de manera directa como otro mecanismo democratizador. Con esas propuestas, entre muchas otras, desde el MST Nueva Izquierda, te invitamos a debatir con nosotros.

Crisis PJ-FPV Lealtad: sólo a los propios intereses

Hasta hace pocos días prometían la vida por Cristina, explicaban su devoción por el legado de Néstor y garantizaban su resistencia a todo lo que sea “volver al pasado”. Por otra parte, los que quedaron por “fuera de la estructura” trabajan para volver y disputan el sillón de la “conducción” peronista. Un espectáculo decadente que muestra que el otrora sólido Partido Justicialista hoy es un rejunte de caciques que se sacan los ojos por un lugar en la mesa de los poderosos.

Jefe se busca

Ante el silencio ensordecedor de Cristina, se desarrollan los primeros capítulos de la pelea por el control del PJ. Se discute si una lista de unidad o una disputa en las urnas, si el “exiliado” Massa que goza de muy buena salud política, puede jugar o “está por fuera”. Los bloques en las cámaras cambian todos los días y a las últimas críticas de Pichetto en senadores se le suma la fractura del FPV en Diputados con la salida de más de 10 legisladores que conformarán un nuevo bloque más cercano al oficialismo.
El peronismo en la oposición se prepara para jugar su papel, por un lado de oposición “responsable” votándole el presupuesto a Vidal en la Provincia de Buenos Aires o acompañando las medidas “que estén bien” y por el otro preparándose para ser alternativa burguesa de recambio. Claro que estas tareas no están exentas de disputas intestinas, ya que se cruzan con los propios intereses sectoriales de las distintas fracciones en disputa. Hasta Guillermo Moreno, el impresentable que tuvieron escondido en el Vaticano por el odio que generaba, se anima a decir en público que si él se presenta a la interna “les gana a todos”, si no fuera trágico, daría risa.

Para enfrentar al macrismo y no volver al pasado, hay que ir por izquierda

El PJ ha dado sobradas muestras de su ductilidad para la traición a los ideales que a viva voz enarbolan, muchos que se comían los chicos crudos a la sombra del poder ahora muestran su completa incapacidad para enfrentar consecuentemente al macrismo.
Pero eso no oculta una realidad: que existen miles de trabajadores, jóvenes, profesionales, etc que apoyaron al kirchnerismo creyendo que era la única opción posible para avanzar. Los llamamos a rechazar la campaña de «afiliar para pelear desde adentro». Les proponemos enfrentar unidos el ajuste macrista, y construir una alternativa política que parta desde la izquierda y no juegue el rol de sostener y profundizar el sistema que jugó el FPV.
Es basta la experiencia de nuestro pueblo con estos partidos tradicionales, está planteado que si somos capaces de unirnos, podamos romper ese círculo vicioso de confiar siempre nuestro futuro a los que se encargan de destruirlo.

Martin Carcione

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