Finalmente el gobierno nacional y la provincia de Chubut acordaron desembolsar U$S 250 millones para frenar los despidos en la industria petrolera por 6 meses. La precariedad del acuerdo, que se basa en una nueva transferencia masiva de recursos a las petroleras, se evidencia por el panorama oscuro de la actividad a nivel internacional.
La crisis en el precio del crudo parece no tener límites, los mercados no logran equilibrarse y las disputas entre distintos sectores imperialistas atraviesa toda la situación. En Argentina, primero el kirchnerismo y ahora el macrismo han enfrentado esta situación con millonarios subsidios. La YPF nacional y popular recauda de los trabajadores y financia a las multinacionales, un verdadero escándalo.
A pesar de esto, las empresas sostienen que es inviable la inversión y en la zona de mayor producción de petróleo del país se desató el caos.
Las puebladas realizadas por los trabajadores de Chubut y Santa Cruz consiguieron una primera victoria, de corto plazo y mentirosa, pero victoria en fin: el compromiso de las empresas de no despedir por seis meses. Pero la solución de fondo a este conflicto arranca por la estatización de toda la industria petrolera para garantizar el trabajo y la producción. Luego es fundamental poner en marcha, con esos recursos, un plan de reconversión energética y productiva para dejar de depender de esta industria contaminante y destructiva.

Martín C.