Macri participó del Foro acompañado por parte del gabinete, Sergio Massa (PJ) y una delegación de empresarios. Su presencia fue aplaudida por los representantes de las potencias mundiales y de las corporaciones.
Quieren hacernos creer que con el “regreso a los mercados” y el eventual desembarco de “inversiones extranjeras” vamos a estar mejor. Esta película ya la vimos: es el regreso de las “relaciones carnales” con el imperialismo.
Menem inició esas relaciones de servilismo en los ‘90, cuando envió barcos de guerra en apoyo a los Estados Unidos en la Guerra del Golfo contra Irak. Macri lo hizo con su participación en Davos.
A través del ministro Alfonso Prat Gay, le prometió a los fondos buitre “resolver esto lo antes posible y de la manera más justa”. Ya les hizo una oferta favorable.
Al FMI le anunció la decisión de permitir que vuelvan a elaborar informes con la colaboración del gobierno. Así, ese organismo retrógrado y hambreador, volverá a influir directamente sobre el pueblo argentino.
En el encuentro con el primer ministro inglés David Cameron, le aceptó a los piratas poner el tema Malvinas “debajo de un paraguas.” También estrechó la mano de Benjamín Netanyahu, representante del Estado de Israel, brutal asesino del pueblo Palestino.
A los gerentes de Coca-Cola, Shell, Louis Dreyfus Holding, Total, entre otras grandes multinacionales, les prometió “estabilidad en las reglas de juego” y “trabajar juntos”. O sea, favorecer sus ganancias a costa de los trabajadores y el pueblo.
A Estados Unidos le juró normalizar las relaciones. Ante lo cual el vicepresidente Joe Biden respondió levantando el veto del Tesoro norteamericano sobre la Argentina para reinsertarse en el mercado de capitales. Es decir, para endeudarse y profundizar el siniestro círculo vicioso de la deuda externa.
En el amorío con los yanquis también se juega la posición de Macri hacia el TPP (Trans-Pacific Partnership). Se trata de un acuerdo que establece un nuevo marco de libre comercio muy favorable a EE.UU. con aranceles que afectan a varias industrias y el establecimiento de normas laborales y regulaciones medioambientales muy negativas para los pueblos y la soberanía nacional.
Y, para sellar la entrega, Martín Losteau, embajador en Washington, presentó sus credenciales ante Barack Obama. Allí manifestó su voluntad de dejar de lado la relación “adolescente” con el imperialismo yanqui.
Ajuste y represión. Despidos y salarios bajos. Más deuda, entrega y saqueo. Injerencia del FMI. Macri es Menem reciclado.
Más que nunca nos tendremos que movilizar y levantar bien alto las banderas antiimperialistas: Fuera ingleses de Malvinas, fuera yanquis de América Latina, Fuera el FMI, No a la entrega, el saqueo y el pago de la deuda externa.
