Las siglas aluden al Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica. El pasado 4 de febrero en Nueva Zelanda, EEUU y 11 países firmaron este acuerdo comercial. Llamativamente Obama y los republicanos tienen acuerdo estratégico sobre esta orientación geopolítica. Prácticamente todo el avance de este pacto capitalista se realizó en secreto. Lo que se conoció fue filtrado por WikiLeaks. La disputa por la tasa global de ganancia con China. América Latina, Mercosur y la línea del gobierno de Macri. Analizamos las implicancias de este estatuto neocolonial.
El tratado involucra a EEUU más Japón, Australia, Nueva Zelanda, Malasia, Brunei, Singapur, Vietnam, Canadá, y los latinoamericanos México, Perú y Chile. En sus más de 26 capítulos de negociación, el acuerdo busca imponer condiciones en rubros muy variados: desde el comercio de lácteos, hasta la legislación laboral y gremial, pasando por derechos de autor, patentes, inversiones estatales y medio ambiente. Las negociaciones del TPP comenzaron en marzo del 2010 y han sido hechas a espaldas de la ciudadanía de los países afectados. Hoy, todo lo que sabemos al respecto, es gracias a filtraciones de los textos oficiales. WikiLeaks, el sitio web de divulgación de documentos secretos filtrados por denunciantes anónimos, publicó varios capítulos del acuerdo hace más de un año. Los diputados y senadores de los países tienen un acceso limitado a los informes sobre las negociaciones en virtud de estrictas normas de confidenciali-dad que, como ha ocurrido en al menos una ocasión, pueden incluir la amenaza de prisión si se filtran detalles. El TPP es una versión ampliada de acuerdos comerciales anteriores como el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA) firmado por Estados Unidos, Canadá y México o el frustrado ALCA. Representaría el 40 % del PBI mundial y el 65 % del comercio exterior de EEUU. Pero analicemos lo más significativo que se presume implicaría este acuerdo si la Argentina, tal como anticipó la canciller Malcorra, avanzaría en firmarlo.
Un estatuto para legalizar el neocolonialismo
Grafiquemos con algunos ejemplos lo que supondría la firma del TPP por parte de nuestro país.
Internet: el TPP busca convertir a los proveedores de Internet en responsables de censurar contenidos discrecionalmente. De esa manera, sin que la justicia -por ejemplo- garantice nuestros derechos, se pueden recortar contenidos. Se endurecen las sanciones por violentar el derecho de autor, con penas que van desde multas hasta desconexión de internet y cárcel. En concreto: prácticas hoy cotidianas como postear podrían anularse y quedar prohibidas. Muchas de estas imposiciones se encontraban en SOPA y PIPA, dos proyectos de ley polémicos que cayeron por la movilización social y que hoy reaparecen al amparo del TPP.
Salud pública: el acuerdo busca ampliar el plazo de protección a las patentes de medicamentos, lo que significa mayores trabas para la fabricación de genéricos y, en consecuencia, medicinas cada vez más caras. Pero las restricciones no terminan ahí. Estados Unidos está buscando que los países firmantes del TPP reconozcan patentes sobre procedimientos médicos: métodos de diagnóstico, cirugía y tratamiento, lo que significaría que las nuevas técnicas para el tratamiento de enfermedades no podrían ser usadas por cualquier especialista, en cualquier parte del mundo, poniendo en riesgo la salud de millones.
Legislación a la medida del agronegocio: la industria estadounidense está planteando facultades plenas para liberar toda regulación de productos genéticamente modificados, pesticidas y aditivos. Así desde el patentamiento privado hasta la circulación comercial sin restricciones, la ocupación del país por las corporaciones terminaría de legalizarse.
Derechos de organización sindical: el TPP pretende limitar severamente el derecho a la libre organización gremial. Impone limitaciones que son incluso peores al unicato sindical que prima en nuestro país.
#ArgentinaSinTPP en el bicentenario de la Independencia
Todavía Argentina no suscribió este acuerdo. Pero la tónica neoliberal que lo define sintoniza plenamente con el gobierno de Macri. Por eso, es clave desenvolver una paciente explicación sobre el activismo del movimiento obrero, estudiantil y socioambiental con respecto a lo que se podría venir con esta ofensiva. Es superior al ALCA en términos de subordinación colonial. En ese marco, en el año del bicentenario de la primera Independencia es clave dar contenido actual a la lucha antiimperialista y de ruptura anticapitalista con toda injerencia transnacional. Hace falta impulsar una intensa campaña nacional y latinoamericana con varios ejes:
Por el no pago de la deuda externa
Por el retiro de tropas y el levantamiento de todas las bases militares en el continente
No al TPP, NAFTA, ALCA y cualquier versión de control imperialista sobre nuestra soberanía
América Latina libre de corporaciones del saqueo y la depredación
Con el MST de Argentina, Marea Socialista de Venezuela, el MPGT de Perú, el MST de Paraguay y el MES-PSOL de Brasil tenemos que coordinar acciones en el camino de desplegar una ofensiva campaña latinoamericana por un nuevo movimiento emancipador antiimperialista, anticapitalista, feminista y ecosocialista.