Preparemos con fuerza la primera medida central contra el ajuste. Tenemos que continuar con un plan de lucha nacional para pararle la mano a Macri.
Como venimos denunciando desde Alternativa Socialista, Macri y su gabinete de ejecutivos a la medida de las corporaciones, vienen ejecutando una transferencia serial de recursos hacia arriba y hacia afuera y un ajuste directo hacia los trabajadores y el pueblo. Buscando el apoyo de sus socios de Cambiemos y de sus amigos del Frente Renovador, no son pocos los pejotistas que se han sumado a sostener la gobernabilidad y avalar el ajuste. Y recomponiendo con los acreedores y el imperialismo, hace los primeros deberes para encarrilar el país hacia un capitalismo normal.
Triángulo de ajuste
Con la inflación devaluando día a día los bolsillos populares, ha disparado un verdaero grito de guerra a los de abajo con un duro triángulo de ajuste: despidos, techos salariales y ahora se suma el tarifazo. Hay una primera oleada de despidos en el Estado que ya supera los 20.000 y está destinada a racionalizar los planteles que quedaron precarizados por el gobierno K. Mientras tanto anuncia que están «revisando» otros miles de contratos a ver si los renueva o no. También en sectores privados comenzaron los despidos por parte de patronales y el gobierno los avala. El segundo eje del ajuste es el condicionamiento de las paritarias. El tope del 25% – 30% no se sostiene. La mayoría de los gremios ha salido a reclamar mayores ingresos. Aunque no logró un pacto global con la burocracia para garantizar paz social, se ha reunido con esa vieja dirigencia para endulzarlos con la plata de las obras sociales a cambio de que prolonguen su silencio. Mientras tanto, se multiplican los conflictos fundamentalmente en los estatales y también en varios gremios privados.
Preparar el paro del 24 y marchar a Plaza de Mayo
Los trabajadores en cada repartición vienen haciendo marchas, asambleas y otras acciones, pero ninguna central se ha puesto a la cabeza de la lucha. ATE finalmente tuvo que convocar un paro nacional el 24 de febrero. La Federación de los profesionales de salud (FESPROSA), los docentes universitarios y los judiciales, se han sumado. Es la primera acción de conjunto y es una necesidad prepararla con fuerza ya que no alcanza con su instalación en los medios. En cada repartición y lugar de trabajo hay que preparar o reclamar asambleas y plenarios abiertos de delegados. Votando cómo organizarnos para que ese día el paro sea contundente y se realicen grandes marchas en todo el país. En Capital, marchamos a Plaza de Mayo. El MST prepara una gran columna para apoyar a los trabajadores.
Continuar con una movilización nacional unitaria
La medida del 24 es correcta, pero tiene que ser el primer escalón de un plan de lucha nacional. El 29 la CTA bonaerense ha resuelto un paro provincial y la CTA nacional ha discutido llamar a una Jornada Nacional, para coordinar con los docentes que pelean por su salario. El 29 tiene que ser un segundo escalón. Con marchas, cortes y acciones en todo el país y convocando a sumarse a todos los sectores en lucha. Esta acumulación debe extenderse y trascender el marco de los sectores estatales. Hace falta una gran movilización nacional unitaria con una coordinación de todas las centrales sindicales y movimientos sociales. Lamentablemente la mayoría de esos dirigentes están dejando correr el ajuste. Por eso, a la par que reclamamos desde cada lugar de trabajo a todas las centrales esa gran movilización nacional con paros y cortes en todo el país, tenemos que ir preparándola desde abajo. Tiene que ser el inicio de un plan de lucha nacional contra el ajuste y la criminalización de la protesta, para pararle la mano a Macri. Por paritarias libres 40% de aumento de salarios, jubilaciones y planes sociales con actualización automática según inflación, reincorporación de los despedidos y prohibición por ley de nuevos despidos y suspensiones, anulación del tarifazo y eliminación del IVA de todos los productos de la canasta familiar como parte de una reforma tributaria progresiva para que la crisis la paguen las corporaciones, entre otras medidas de emergencia.