El indisimulado giro en la política económica del nuevo gobierno en beneficio del imperialismo y los sectores más concentrados, incluyó en menos de 60 días, devaluación, baja en las retenciones en la soja, eliminación de todas las demás retenciones a las exportaciones agroindustriales, apertura de importaciones, acuerdo con los fondos buitres, vuelta al endeudamiento clásico con los organismos internacionales, la eliminación de las retenciones a la megaminería. Esto ha puesto muy contentos al imperialismo en DAVOS y EEUU, a la oligarquía autóctona, pero está generando mucha bronca entre los sectores populares y trabajadores, muchos de los cuales seguramente lo votaron para que frenara el desquicio económico del kirchnerismo.
Consciente de ello Macri acaba de lanzar una serie de medidas que incluye el anuncio de que aumentaría la base del impuesto al salario (ganancias) aunque no definen todavía bien a cuánto, algunos retoques en el IVA, aumento del 15% en jubilaciones y asignación por hijo (mal llamada Universal). Son todas medidas parches y totalmente insuficientes frente a una inflación que se duplica, los despidos de más de 25.000 estatales y más en el sector privado, las suspensiones y despidos que se vienen en las automotrices, etc. Lo hace como un intento de descomprimir la situación, mientras se reúne con los popes de las CGTs para acordar con ellos que las paritarias estén por debajo de la inflación, idealmente no más del 25%, que es el centro de su política salarial de ajuste.