MST - Movimiento Socialista de los Trabajadores Lunes 27 de Agosto, actualizado hace 4 hs.

Robo a los trabajadores y el pueblo. De la inflación K a la de Macri

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Macri ganó las elecciones  presentándose entre otras cosas, como la alternativa burguesa seria que vendría a derrotar una de las principales preocupaciones del pueblo: la inflación. Sin embargo en los dos meses que lleva gobernando lo que vemos es un alza indiscriminada de los precios y como única respuesta nos dice que  tomará de dos a tres años controlarla. Una verdadera burla a todos los que lo votaron.

Que la inflación en los últimos años se había tornado en una de las principales preocupaciones de los argentinos, no cabe ninguna duda. Que la misma golpea fundamentalmente el bolsillo de los sectores más humildes tampoco. Solo  el gobierno de Cristina parecía ser el único que no percibía esto, al extremo ridículo de negarla durante años, y no tomando ninguna medida concreta o efectiva para intentar controlarla. Es por eso que uno de los ejes de campaña de Macri fue presentarse como una alternativa seria, creíble y confiable para atacarla. Sin duda muchos confiaron en que lo haría y por eso lo votaron. Hoy quizás, muchos deben estar empezando a arrepentirse a la luz de los aumentos y sobre todo de la respuesta del presidente que nos augura dos o tres años más para llegar a una inflación de «un dígito» como la de los países vecinos…
La inflación en los tiempos de Cristina
Desde el stablishment político-económico siempre criticaron al pasado gobierno no sólo por negar la inflación o truchar el INDEC, sino por negarse a tomar medidas de ajuste popular, que para el kirchnerismo resultaban antipopulares y sobre todo piantavotos. Le reclamaban por la gran expansión monetaria (la famosa maquinita de hacer billetes) que no sólo era inflacionaria sino que derivaba en una presión devaluatoria frente al dólar insostenible. También reclamaban que bajara el gasto público, ñoquis incluidos. Pero fundamentalmente se quejaban de la política de fomento del consumo interno, vía los aumentos salariales, subsidios y planes sociales que mantenía de modo clientelar Cristina. Sostenía este sector que tanto el gasto del Estado cuanto la política salarial eran los «causantes» de la inflación y que todo se arreglaría liberando el cepo y con una política de ajuste ortodoxo.
Desde el MST-Nueva Izquierda siempre criticamos la inflación, denunciando que los principales perjudicados son los asalariados, jubilados  y los sectores populares en general. Sin embargo no coincidimos nunca con los analistas burgueses ni en cuál era la causa fundamental ni mucho menos en que la salida fuera ajustar a los de abajo. Dos meses de nuevo gobierno bastaron para darnos alguna razón.
El ajuste inflacionario de Macri
Apenas asumido, levantó el cepo, liberó el dólar y lógicamente se vino la devaluación del 40%. Contrario a lo  prometido en campaña, los precios pegaron una estampida, la carne se fue a las nubes y en general todos los artículos de primera necesidad aumentaron con un ritmo que por lo menos duplica el de los peores meses del gobierno K. Tras cartón anunciaron aumentos en las tarifas de luz, se avecinan los de gas y transporte, los combustibles también aumentaron a pesar de haber aumentado en los dos últimos años casi el doble de la inflación real. Estas últimas medidas constituyen una gran presión inflacionaria, sabido es por todos que los comerciantes e industriales, cuando les aumentan las tarifas las trasladan inmediatamente a los precios, aún antes de pagar los aumentos ellos. Sólo los trabajadores, que vivimos de nuestro salario no tenemos a quien trasladarle estos tarifazos.
Tal como nosotros sosteníamos, este espiral inflacionario se da sin ningún aumento de salarios. Es más, Macri y su equipo de ortodoxos ajustadores y la complicidad de la burocracia quieren que se firmen paritarias muy por debajo de la inflación (¡no más del 25% anual!). Así entonces esta inflación-ajuste tiene como eje la devaluación del peso y la especulación de las grandes cadenas de supermercados, frigoríficos e intermediarios de todo tipo, que como intuyen que cuando los trabajadores debamos pagar los tarifazos, bajará más aún el consumo y entonces no podrán aumentar tanto los productos porque nadie les comprará, aumentan ahora por las dudas y por anticipado.
El panorama a mediano plazo tampoco es muy alentador, ya que tremendo ajuste con un contexto internacional (sobre todo Brasil, China y demás países de la región) estancado o recesivo hace que la lógica y esperada entrada en recesión no tenga fecha pronosticable de salida. Eso es lo que lleva al presidente a cambiar su discurso y empezar a hablar de «años» para salir de la inflación. Los trabajadores y el pueblo debemos resistir este ajuste inflacionario como única forma de poder mantener el poder de compra del salario, luchando para que el ajuste lo paguen los que lo generaron.

 

Hay otra salida

Los trabajadores debemos negarnos a ser nuevamente los que paguemos el ajuste, exigiendo un plan de lucha nacional a las centrales sindicales. Los años de derroche kirchnerista que benefició sobre todo a los bancos y demás burgueses amigos del proyecto deben pagarlo los grandes grupos económicos que se beneficiaron con subsidios, obras y todo tipo de beneficios impositivos y tarifarios.
Por eso proponemos 5 medidas concretas para atacar realmente la inflación:
1  Aumento generalizado de salarios que cubra la devaluación y actualizado trimestralmente de acuerdo al nivel de inflación real. Jubilaciones y planes que cubran el costo de la canasta familiar y actualizados cada 3 meses. Eliminación del impuesto a las ganancias a los salarios.
2  Eliminación total del IVA a los productos de consumo popular
3  Aplicación de la Ley de abastecimiento para combatir la especulación, acaparamiento y desabastecimiento de los grandes grupos económicos como supermercados, frigoríficos, etc.
4  Nacionalización con control popular de la banca y el comercio exterior para evitar la fuga de divisas y las maniobras de sobre y subfacturación de los grandes exportadores.
5  Suspensión de todo pago de la deuda, a los buitres y todos los organismos internacionales para no caer de nuevo en el eterno ciclo de endeudamiento que terminamos pagando siempre los trabajadores y sectores populares.