Eduardo Bunster
Delegado General ATE/ENRE

En pocos días más los usuarios del servicio eléctrico comenzarán a recibir sus facturas de luz, en las que percibirán progresivamente el incremento de tarifas dispuesto por el actual gobierno de Macri, hasta alcanzar hasta un 550% de aumento cuando la lectura complete un ciclo entero de facturación con los nuevos valores.
Pero vale la pena analizar como llegamos a esto. Durante casi doce años el gobierno del Frente para la Victoria mantuvo congeladas las tarifas de luz de las empresas Edenor y Edesur. Sin perjuicio de ello, esas concesionarias, eran subsidiadas por el Estado con el objeto de preservarles su tasa de ganancia, hecho que puede constatarse en sus balances favorables.
Pero el congelamiento de las tarifas justificó por parte de las mismas una importante desinversión en sus instalaciones y equipamientos, que los usuarios padecemos con los conocidos cortes de luz. Otro aspecto que no puede eludirse es que con esa tarifa el consumo se incrementó fuertemente, la venta de aires acondicionados hasta en 18 cuotas es prueba de ello, también lo es la construcción de edificios con sus instalaciones todas eléctricas para los servicios de calefacción.
Para terminar con los subsidios, como ya dije, el gobierno de Macri inicia un proceso de incremento de tarifas cuyo primer paso alcanza el 550%, digo primer paso por que es a cuenta de futuros incrementos que vendrán en breve con la revisión tarifaria integral.
Junto con esto también vendrá el incremento del gas. La estrategia del gobierno es justificar este incremento descomunal comparando con  “lo que se paga en el interior”, pero lo que no dicen es que en el interior también van a sufrir aumentos, que por supuesto no son tan considerables pero que igualmente son tarifas caras si las comparamos con lo que el gobierno pretende imponer en materia de incrementos salariales.
Es decir que con subsidios o sin ellos las privatizadas siempre tienen elevadísimas tasas de ganancia pero la calidad del servicio (los cortes), como dijo el ministro Aranguren hasta dentro de dos o tres años continuará igual.
Por eso hay que pararle la mano a Macri y no permitir que esas empresas sigan girando ganancias al exterior como vienen haciendo a expensas de los usuarios que se ven doblemente castigados, con un mal servicio y con incrementos de tarifas desorbitantes.
El servicio público de electricidad no puede ser un negocio más que permita el enriquecimiento privado, y por ello las concesionarias deben pasar a manos del Estado y ser controladas por éste con la participación de los trabajadores y usuarios del servicio.