Crece la resistencia al ajuste macrista y su protocolo represivo
En las últimas semanas Macri comenzó a recibir los primeros golpes fuertes de los trabajadores a su política de ajuste. El 24 de febrero, ATE y demás gremios estatales de la CTA autónoma -judiciales, salud y docentes universitarios- hicieron el primer paro nacional contra el gobierno y miles se movilizaron a Plaza de Mayo
y en todo el país. El 29, otro paro estatal conmovió a la Provincia de Buenos Aires y en medio país los docentes no iniciaron las clases. Tenemos que seguirla, preparando una movilización multitudinaria el 24 de Marzo.
Los últimos días han sido muy malos para Mauricio Macri. Está creciendo la bronca contra sus medidas y terminando el «período de gracia» con que cuenta todo nuevo gobierno. Crecen las luchas y hasta el Papa le cortó el rostro. La extraordinaria jornada de lucha que protagonizaron los estatales el pasado 24 tuvo la particularidad de que, por primera vez, en años marcharon juntos los estatales enrolados en las dos CTA y organizaciones sociales y políticas con miradas radicalmente opuestas sobre el período K.
Esta unidad en la calle simboliza los nuevos tiempos que corren. Tan fuerte fue esa movilización que obligó al gobierno a romper su pauta salarial y a ofrecerle a los docentes bonaerenses y porteños mucho más de lo que había propuesto en un principio, incentivando a la vez la lucha de los demás estatales y docentes del país. El 24 también fue un cachetazo al protocolo represivo con el que pretenden acallar la protesta social.
Superemos todas las trabas
Empiezan a existir condiciones para una respuesta cada vez más fuerte del pueblo trabajador a las medidas antipopulares del gobierno macrista. Incluso para derrotarlas. El principal escollo a superar son los dirigentes sindicales colaboracionistas y la falsa «oposición» política pejotista.
Las distintas alas de la CGT, ahora en proceso de reunificación, ni se sonrojan al elogiar a diario a un gobierno que, además de transferirle miles de millones a las corporaciones, acaba de pactar pagarles a los buitres y está despidiendo y aplicando medidas brutales de ajuste. Los dirigentes de la CTERA, en vez de apoyar con una medida nacional a los docentes de las provincias en lucha, los deja librados a su suerte. Ni hablar del rol nefasto de los Massa, los Urtubey o seudo progresistas como Stolbizer, que le darán a Cambiemos los votos que necesitan en los parlamentos para aplicar su plan de ajuste.
Una mención especial merece la actuación sindical y política bochornosa de la izquierda sectaria que se nuclea alrededor del FIT. En vez de ponerse a la altura de las circunstancias y trabajar unitariamente con el resto de la izquierda y demás sectores combativos para conformar un amplio polo antiburocrático y anticapitalista, se dedican a dividir a los luchadores y a entorpecer el surgimiento de una alternativa poderosa frente al ajuste y la defección de la burocracia y demás direcciones tradicionales.
Apoyemos a los que luchan
En todo el país se multiplican los conflictos. Tenemos que rodear de solidaridad a los estatales y docentes que están peleando contra los despidos y por aumentos salariales que cubran la escalada inflacionaria. Apoyar a los trabajadores de Radio América, Tiempo Argentino, CN23 y demás medios de comunicación vaciados por empresarios inescrupulosos, exigiéndole al gobierno que se haga cargo. A los trabajadores petroquímicos de ARZinc en lucha por su fuente de trabajo, a los bancarios y demás trabajadores en lucha. Denunciando y exigiéndole a las distintas conducciones sindicales de la CGT y CTA que dejen de mirar para otro lado y convoquen a un paro y movilización nacional para pararle la mano al gobierno.
Sobran los motivos para marchar el 24M
El próximo 24 se cumplen 40 años del golpe genocida. Ese día y el 23 visitará el país Obama, el jefe del imperialismo más sangriento que haya conocido la humanidad. Esto de por sí ya es una razón más que suficiente para colmar las calles de nuestro país uniendo el reclamo de Memoria, Verdad y Justicia al repudio a que semejante personaje sea recibido con honores.
Pero ese día también será una oportunidad extraordinaria para darle continuidad a la gran jornada del 24 de febrero y expresar la bronca contenida contra los despidos, los salarios de hambre, la inflación que no deja de crecer, el impuesto al salario que sigue vigente, el tarifazo, los cortes de luz y el intento de legitimar la represión a los que luchan.
A diferencia de los últimos años, donde el kirchnerismo logró dividir la fuerza de estas jornadas entre oficialistas y opositores, este año -y más allá de las diferencias sobre el pasado e incluso de los distintos actos que finalmente se lleven a cabo-, está planteado el desafío de transformar esta jornada en un nuevo y poderoso golpe a Macri, su ajuste y todo lo que representa este gobierno a nivel nacional e internacional. Desde el MST trabajaremos incansablemente los días que quedan para hacer esto realidad, a la vez que nos proponemos movilizar a miles de trabajadores y jóvenes detrás de nuestras banderas en cada rincón del país.
Alejandro Bodart