La epidemia de dengue todavía no llegó al pico que se prevé para Semana Santa y ya hay más de 20.000 casos documentados en más de 21 provincias. Si en 2009 el dengue llegó a cerca de 28000 casos en sólo 14 provincias, es evidente que, aunque haya subregistro inducido, la dinámica marca una epidemia mucho más severa.
Ocultamiento deliberado de las causas
Primero fue el verso de la enfermedad “importada”, ahora reconocen que el 90% de los casos son autóctonos. Pero lo que hay es un ocultamiento de las causas, funcional a eludir las medidas de fondo que hay que tomar y descargar la responsabilidad en la gente. La verdad es que hay una relación causa-efecto de esta enfermedad “emergente” con las condiciones socioeconómicas. La pobreza y creciente déficit de saneamiento ambiental son una base estructural de la epidemia. El Noreste donde se concentra la mayor parte de los casos no necesita mayor ilustración, pero en el área metropolitana donde está la mayor concentración poblacional son alarmantes las deficiencias sociales y de la mano de ellas la mayor incidencia de la enfermedad. Con cerca del 60% sin cloacas y el 27% sin agua corriente o casi el 36% en calles inundables, la exposición a la epidemia está garantizada.
Sin dudas se debe al cambio climático, las inundaciones favorecidas por la tala indiscriminada, la sojización y el uso masivo de herbicidas, es decir por el impacto del modelo capitalista extractivista. La recurrencia empeorada de la epidemia indica que la política de desentendimiento del estado ha fracasado.
Transfieren la responsabilidad a la población
La vergonzante consigna central de la campaña del Ministerio de Salud es “¿Qué hiciste hoy contra el mosquito?”. La cartelería se completa con imperativos que transfieren la responsabilidad al pueblo y estigmatizan a los más pobres. “Evitá, reforzá, tapá, usá…”
En lugar de implementar la fabricación estatal de repelentes no contaminantes, facilitan el negocio de las empresas y la gente paga casi $100 el aerosol.
En lugar de implementar un plan de obras públicas orientadas al saneamiento ambiental, combatir la urbanización caótica y generar fuentes de trabajo, se le paga a los buitres y se descarga un feroz ajuste que agrava la pobreza.
En lugar de apuntalar la crisis agónica del sistema sanitario con un shock de inversión presupuestaria y de servicios, mantienen las partidas históricamente más bajas para salud y despiden a 1330 trabajadores del sistema. El ajuste macrista agrava la epidemia.
Declarar la emergencia sanitaria nacional
Se viene el pico de la epidemia. Junto a la planificación de las medidas de fondo se necesita una gran movilización sanitaria y social orientada desde el estado y controlada por las organizaciones de trabajadores y vecinos. Declarando la emergencia sanitaria nacional por el dengue mediante:
Una partida presupuestaria de emergencia en base a no pagarle a los buitres y cobrarle un impuesto especial a las multinacionales farmacéuticas.
Inmediato refuerzo en personal e infraestructura del sistema sanitario en todas las provincias. Movilización de agentes sanitarios para una campaña activa en todas las zonas afectadas.
Fabricación estatal y declaración de utilidad pública de los repelentes e insumos para combatir la epidemia y su distribución gratuita.