Berta fue asesinada hace pocos días, el 3 de marzo. Ya había denunciado amenazas. Referente de su comunidad originaria en Honduras, encabezó un proceso de resistencia y movilización contra el negocio de enormes corporaciones con proyectos madereros, mineros e hidroeléctricos contaminantes en ese país. Fue parte además de la movilización que enfrentó el golpe de estado contra el presidente Zelaya. Ese historial de lucha, su condición de originaria y mujer enervó al capitalismo local. Se la tenían jurada. Ella lo sabía y lo dijo. Se había ganado el respeto del movimiento socioambiental del continente. Recibió el Goldman en 2015, el “Nobel alternativo”. La mató el extractivismo. El racismo, el patriarcado y este sistema capitalista de depredación matan. Por eso es en defensa propia la lucha por otro sistema social. Por anticapitalista, feminista y ecosocialista, nuestro homenaje a Berta ¡Presente!