Los cien días de gobierno Pro están despejando todas las dudas: las promesas electorales de acabar con el «descontrol K» y bajar la inflación, fueron solamente promesas. Estamos mal, vamos peor.
La realidad muestra que en los dos primeros meses del año, la inflación trepó al 8% lo que indicaría un anualizado superior al 44% y en un año ya superó el 33%. Este dato es contundente y real, lo sentimos todos en el bolsillo cuando vamos al supermarcado.
Desde el gobierno tratan de justificarse con todo tipo de excusas. Primero discutiendo como hacía Cristina los índices (dicho sea de paso, los que iban a «normalizar el INDEC» ni bien los números les dieron mal no dudaron en echar a la Directora del viejo INDEC al mejor estilo Guillermo Moreno), cuestionan el índice Congreso, contraponen el de la ciudad de Bs. As. que es apenas un 0,2% menor. Pero la más «creativa» de todas las excusas fue la del propio ministro Prat Gay, que dijo que «si le sacamos el aumento de luz, la inflación en realidad está desacelerándose comparada con diciembre», sencillamente increíble. No se contentan con haber aplicado el tarifazo más grande en años, con boletas que superan el 600% de aumento, sino que nos toman el pelo diciendo que si no contabilizamos la luz la inflación no sería tanto, suponemos que pensarán pagar ellos el aumento entonces.
Ya hemos escrito que las principales causas de la inflación del período Macri hay que buscarlas en la tremenda devaluación que llevó el dólar a $16, lo que representa un 40-50% y en la especulación de los grandes formadores de precios, sobre todo de las cadenas de alimentos y productos de consumo masivo. Y todavía falta la aceleración de la misma cuando los comerciantes trasladen a los precios el aumento en las tarifas.
Frente a esto el gobierno tiene un claro fin: ajustar a los trabajadores. No tomó ninguna medida efectiva para controlar los precios y sólo en los últimos días, por el temor a que se disparara más aún el dólar, se decidió a intervenir aumentando las tasas bancarias, o vendiendo algunos dólares de reservas, etc. Encima ahora el propio Macri sale a amenazarnos con que si no se vota el pago a los buitres y se abre paso al endeudamiento externo, entonces sí, vendría un tremendo ajuste. Preanunciando que vendrán más despidos y achique en el estado, tarifazos en el transporte, parate de la obra pública, etc.
Hay otra salida: ajustar a los de arriba: Desde el MST venimos sosteniendo que hay que derrotar el plan de ajuste de Macri, que en estos cien días les dio todo a los grandes empresarios como baja de retenciones a la soja, eliminación de las mismas al resto del agro y megamineras, un 50% de ganancias extraordinarias a los grandes exportadores con un dólar a $15-16 y les ha dejado correr todo tipo de especulación con los precios, mientras que para los trabajadores reservó tarifazos y aumentos de salarios a la baja.
Nosotros proponemos exactamente lo contrario: eliminar los tarifazos, aumentos de salarios, planes y jubilaciones acorde a la inflación real y que cubra la canasta familiar, eliminación del IVA a todos los productos de consumo masivo y control efectivo de precios y la especulación a través de la aplicación de la Ley de Abastecimiento para que vayan presos todos los que aumenten indiscriminadamente los precios, acaparen o desabastezcan el mercado. El dinero para hacerlo hay que sacárselo a los grandes, dejando de pagar la deuda y aplicando impuestos progresivos a las grandes ganancias y riquezas.
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