El paro estatal del 24/2 fue la primera respuesta unificada a los despidos y el techo salarial. Demostró el fracaso de la campaña macrista de lograr base social para justificar recortes en los planteles que dejó precarizados el gobierno K. Pero también condicionó la maniobra de utilizar a la paritaria docente como un techo salarial testigo para las negociaciones provinciales. Se lograron aumentos mayores o se incentivaron tremendas luchas como en Santiago o Tierra del Fuego.
En Buenos Aires, Vidal al cerrar la paritaria estatal con la complicidad de los dirigentes de lapicera fácil, no hizo otra cosa que profundizar la lucha (ver pág. 12).
Este 16 hay paro nacional de ATE, FeSProSa y CONADUH, luchas provinciales y jornada piquetera. Sin embargo, se requiere mayor coordinación por el salario y para parar la nueva oleada de despidos.
Solamente en salud nacional hay 1330 despidos, desmantelaron programas enteros y ahora atacan al Hospital Posadas. En el sector privado también arrecian despidos y suspensiones. Más de 100.000 puestos de trabajo se han perdido y eso pone a la orden del día la necesidad de un paro nacional. La Jornada de CTA A del 29, puede ser el primer paso. Todavía hay que ratificarla y llevarla a la base, para que ese día se exprese con fuerza y, junto a la Multisectorial, haya paros y marchas en todo el país.
La CTA Yasky después de sumarse el 24, habla de la necesidad de una jornada. Las CGTs con una mano hacen señales de protesta, con la otra sostienen el gobierno. Hablan de una marcha para abril por ganancias. Eso no alcanza. Se necesita preparar un paro nacional de todas las centrales y los movimientos sociales. Y por un plan de emergencia obrero y popular. Un plan de lucha no sólo para anular el indigno impuesto al sueldo, sino para reclamar un aumento general de salarios, jubilaciones y planes sociales actualizados según inflación, la reincorporación de los despedidos y la prohibición por ley de nuevos despidos, estatizando a la empresa que no cumpla. Estos deberán ser los primeros puntos de un plan alternativo que anule el tarifazo y combata la inflación descargando la crisis sobre las corporaciones y no sobre el pueblo trabajador.