Al hablar en la Asamblea Legislativa, Macri dedicó pocas líneas a la educación. Se limitó a destacar la supuesta revolución educativa con “una escuela basada en la exigencia y el mérito”. Y resaltó dos áreas del negocio educativo que monta el PRO. La del “aprendizaje en entornos digitales y nuevas tecnologías” por la que despiden e intervienen en el Conectar Igualdad para armar un negocio con Clarín, Facebook y Microsoft.
Macri también habló de la obligatoriedad desde los 3 años, con la construcción de jardines y su ligazón a GEMS Education, la mayor cadena mundial de jardines privados del billonario Sunny Varkey. Con él se había reunido Macri cuando estuvo en Davos. Y no extraña para alguien que se formó en la universidad privada y manda a su hija Antonia al selecto jardín Le lycée franco-argentin Jean Mermoz con una inscripción de 17.000 pesos y una cuota mensual de 8.900. Allí va también su hija mayor, Valentina, por una cuota de $ 9.300, muy superior al inicial de una maestra.
Macri resaltó también su proyecto de Instituto de Evaluación Educativa diciendo que “para mejorar la educación tenemos que evaluar’ como si no se evaluase cotidianamente. Según él, esto permitiría “la jerarquización del rol del docente…”. Pero lo dice mientras hay conflicto docente en 10 provincias. Y su ministro de Educación se niega a ver a la docencia santiagueña, pero viaja con su esposa al lujo de Dubai, al Global Education & Skills Forum.
Un foro multimillonario del magnate educativo Varkey que premia con U$S 1 millón al mejor maestro. Ahí Bullrich compartió paneles con jerarcas de la OCDE y de las pruebas PISA, con Bill Gates, con jeques árabes, Clinton y hasta el secretario de Educación de Obama.
Inspirado en ese premio, dijo que va a premiar al mejor equipo docente de Argentina… Pero el mejor premio sería un salario que cubra la canasta familiar y aumentar el presupuesto de la escuela pública en vez de subsidiar a la privada.
Antes que revolución, un ajuste educativo PRO mercado, a enfrentar.
F. T.