Desde el 17 de febrero, un acampe de la Asociación Bancaria bloquea la entrada del Banco Central e impide la salida de camiones de caudales. Reclaman la reincorporación de 47 trabajadores despedidos de la entidad.
Al igual que en otros conflictos por despidos, el gobierno y los grandes medios justifican las cesantías por tratarse de supuestos «ñoquis» acomodados por la gestión anterior.
Sin embargo, entre los despedidos hay trabajadores de diversa antiguedad, contratados y de planta, todos despedidos sin causa. El argumento de los «ñoquis» pretende encubrir el vaciamiento de dos sectores particularmente molestos para la nueva gestión de Federico Sturzenegger.
Daniel Mercado, delegado general del Banco Nación explica que «casualmente los hechados son de dos sectores muy importantes del Banco Central. Unos eran de un sector que investigaba las deudas ligadas a los procesos militares. Este sector investigaba la deuda externa, de donde provenía, quiénes fueron las empresas que la contrajeron. Y el otro sector del que fueron despedidos estos 47 compañeros es el que investigaba las cuevas y los ilicitos financieros. La última inversigación fue la del HSBC, donde hubo una fuga de capitales importante en dolares que estaba siendo investigada. Ese es el otro sector desmantelado por estos despidos».
Los despidos también intentan condicionar las paritarias, presionando para que los trabajadores acepten menores aumentos a cambio de no perder el empleo. Los bancarios comprenden la importancia de esta pulseada, lo que se refleja en la presencia permanente de cientos de compaleros de diversas entidades bancando el acampe hace ya un mes y medio.
La firmeza de los trabajadores también la expresa el secretario general de La Bancaria Sergio Palazzo, que advirtió que «si no reincorporan a los compañeros despedidos va a ser la paritaria más dura que tenga memoria en la historia del sistema financiero argentino. Porque la paritaria empieza con la reincorporación de los trabajadores, y, si no, sabrán a que atenerse a partir de ahora».
Desde el MST-Nueva Izquierda nos ponemos a disposición de esta lucha, entendiendo que su triunfo sería un triunfo de todos los trabajadores y nos fortalecería de conjunto para las luchas que se avecinan.