Durante varias semanas estuve en Lima, participando de la campaña electoral del Frente Amplio y conociendo ese proceso. Estas son mis impresiones.
Los resultados dan a Keiko Fujimori, hija del ex dictador (y hoy condenado por crímenes de lesa humanidad y corrupción) primera con casi un 40% de los votos. Segundo, con 21% sale Pedro Pablo Kuczynzki, empresario y ex ministro de economía del gobierno de Toledo. Ambos representan un programa de claro corte neoliberal y un perfil de derecha, aunque con discursos lavados y algunos tintes populistas. Desplegaron impresionantes campañas publicitarias basadas en “el cambio” y lograron captar la atención de grandes sectores de la sociedad peruana que sufre la desigualdad, la pobreza y la exclusión.
En estas elecciones también se ratificó lo que se palpitaba en las calles: el Frente Amplio, que nuclea a diversos sectores populares, nacionalistas y de izquierda, con su candidata a presidenta Verónika Mendoza, hizo una muy buena elección y quedó cerca de pasar al balotaje. Aunque estuvo lejos de acercarse a las campañas millonarias de los otros candidatos, se desplegó una campaña con el esfuerzo militante de cientos que se fueron sumando en pocos meses. En febrero las encuestas le daban apenas un 3% y dos meses después superó el 18%.

El Perú real

El país llegó a estas elecciones con tasas de crecimiento económico mayores a las de los países de la región, pero sin “derramar” en mejores condiciones de vida para el pueblo. El 30% de la población no tiene acceso al agua potable, el salario mínimo es de apenas 800 soles (240 dólares), salud y educación para pocos y precarización laboral, son algunos de los datos que dan cuenta de una sociedad sumamente desigual.
El gobierno actual de Humala se presentó como una alternativa progresista que gobernaría a favor de las necesidades de estos sectores. Nada de eso ocurrió y fue un gobierno que favoreció a las grandes corporaciones que depredan los bienes naturales y acumulan grandes riquezas. Es otro ejemplo de cómo la traición de falsos progresistas hace que resurjan opciones de derecha.

Los desafíos a la izquierda

Los trabajadores, las mujeres y los jóvenes peruanos no están dispuestos a seguir viendo cómo crece la brecha entre ricos y pobres. Por eso el 7 de abril una multitud llenó plazas y calles en todo el país bajo la consigna “Fujimori Nunca Más”. Por eso también una franja apostó por el Frente Amplio, con un programa que incluye defender los recursos naturales y recuperarlos al servicio de las necesidades del pueblo y por eso se enfrenta a las corporaciones mineras, que rechaza el TPP, plantea subir el salario mínimo, garantizar salud y educación gratuita y cambiar la constitución a través de una Asamblea Constituyente en donde sea el pueblo peruano el que participe y defina qué cambios hay que hacer.
Tras los resultados y las positivas muestras de apoyo, este programa es el que hay que mantener y profundizar, no retrocediendo de esas posiciones y organizando activamente al interior del FA a todas y todos aquellos que quieran pelear por esta salida, en particular a quienes vean la perspectiva de hacer fuerte y grande un proyecto antiimperialista y anticapitalista, lo cual sería un gran aporte para las luchas políticas que vienen, en el enfrentamiento al nuevo gobierno que surja.

Verónica O´Kelly