Juventud. Un buen momento para militar

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La orientación del gobierno de Macri ya está clara. Este capitalista de derecha tiene un objetivo: construir la normalidad alterada por el 2001 en la Argentina. Pensamos que los debates en nuestra generación son otros: ¿cómo pararnos frente al nuevo gobierno y derrotar su plan de ajuste?, ¿construir un proyecto político superador para concretar cambios sociales de fondo, revolucionarios? En estas cuestiones queremos bucear.

Diciembre de 2001. Una revolución política, una explosión espontánea. Desastre social, descalabro capitalista y una movilización multitudinaria que barre en semanas con los pilares de la democracia bipartidista, del sistema político radical-peronista. Se produce un vacío político, no se sabe quién gobierna. La izquierda y el movimiento social ganan protagonismo en las calles. Un dirigente político concentró -por esos días- expectativas de los sectores movilizados: Luis Zamora. Sin embargo, Zamora que no dejó elección legislativa sin presentarse y tratar de salir diputado, a la presidencial del 2003, renunció, defeccionó, no quiso. Ni solo ni en un frente político de izquierda como le planteamos desde nuestro partido en aquel momento. Justo cuando más falta hacía, para ocupar el espacio desde el anticapitalismo. Así fue que la izquierda desaprovechó una oportunidad enorme.La dirigencia del Partido Comunista, coherente con su historia de giros a derecha, contribuyó más todavía a dejar pasar la coyuntura: abandonó la unidad electoral construida con el MST en Izquierda Unida para pasarse con armas y bagajes al kirchnerismo. Hicimos otros intentos unitarios, pero no dieron. Después siguió la historia conocida: el FPV con un gran envión de la economía capitalista mundial, con enormes ingresos por exportaciones tomó algunas medidas sociales muy parciales, sin cambiar la matriz capitalista dominada por las corporaciones y divulgó una ideología: la de la izquierda o el progresismo posibles. El cambio de tendencia en los precios de las materias primas hundió la economía dependiente y obligó a elegir a quién ajustar. Ya el gobierno anterior con la inflación desbocada, el esquema impositivo desigual y la devaluación de la moneda, había empezado un rumbo de ajuste que el PRO vino a exacerbar. Las medias tintas del posibilismo, la coexistencia con las corporaciones le dieron aire a la reorganización burguesa por derecha. Así se explica Macri, no por ninguna derrota en las calles del pueblo.

La agenda de lo necesario: renovar la izquierda, construir alternativa

Primero lo primero: es imprescindible movilizar con la clase obrera un arco bien unitario en la acción para derrotar el plan de ajuste de Macri. Nada de eso están haciendo las centrales sindicales burocráticas, mucho menos la principal oposición institucional al PRO -el FPV- que tiene gobernadores, diputados y senadores que están bancando la gobernabilidad capitalista, sostienen la estantería del sistema. La propia CFK en el discurso que dio en Comodoro Py convocó a “la paz social”, a respetar la “voluntad del 51 %”. Desde la izquierda tenemos que motorizar otro camino y pararle la mano al gobierno. En el plano estratégico, hay una conclusión central: al capitalismo no se lo puede reformar, controlar o transformar en “social y popular”. Este sistema hoy es extractivismo megaminero y transgénico; es precarizador y empobrecedor; es patriarcal y clerical; es corrupto estructuralmente y anti-democrático, el pueblo no decide, ni delibera, ni nada. Gobierna una casta de privilegiados. Por eso, nuestro planteo de agenda es otro: Argentina sin capitalismo, sin patriarcado, sin depredación ambiental y con democracia real, de empoderamiento anti-castas del pueblo que trabaja, de la juventud rebelde. Para eso, hay un camino que implica descartar opciones. No sirve esperar al 2019 para votar “la restauración del posibilismo”, eso ya se probó y no da. Tampoco el encerrarse en el agrupamiento estéril de una parte del trotskismo como propone el FIT. Hagamos otra cosa: renovemos la izquierda con una agenda anticapitalista y con vocación de unidad, de poder, de mayorías. Construir el MST hoy es militar conscientemente por esas causas, por esas ideas. Es buen momento para dar el paso en tu facultad, en tu colegio, en tu profesorado.

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