Desde el extremo oriente en el Delta Amacuro en la voz de los hermanos Warao, hasta el extremo occidente en la Sierra del Perijá, en la de los hermanos Yupka. Desde obreros de las castigadas industrias básicas de Guayana y los petroleros de Anzoátegui, Paraguaná y Monagas, hasta mujeres luchadoras de todo el país. Desde profesores, educadoras, trabajadores, hasta estudiantes de las antiguas universidades autónomas y las creadas por el proceso como la UBV y la de los cultores y comunicadores populares. Desde la voz de la tradición clasista y combativa de trabajadores y campesinos, de Ciudad Bolívar, Barquisimeto, Barinas, Portuguesa, Maracay, Maracaibo en el Zulia, hasta la de los estudiantes y luchadores populares de Carabobo y Aragua, y de muchos otros lugares, llegaron a Caracas trayendo esas voces, al evento nacional constituyente de Marea Socialista.
Llegaron para rechazar el Arco Minero, el Desfalco a la Nación, la deriva autoritaria cada vez más extendida contra los derechos democráticos. Para reclamar la aparición de Alcedo Mora y la libertad de nuestros presos políticos. Para repudiar el cruel manejo de la grave situación económica que pone al pueblo que vive de su trabajo al borde de la crisis humanitaria en alimentos y medicamentos. Y, desde ese rechazo reflexivo, se propusieron defender las conquistas que aún sobreviven y diseñar un camino de lucha.
Llegaron para levantar su voz, con propuestas para vencer las sombras, para construir un canto de esperanza, fortalecer la propia organización y avanzar en la construcción una nueva referencia política…
En los debates del evento se pudo constatar que en los tres largos años transcurridos desde el fallecimiento del presidente Chávez desde las bases del proceso se acompañó su pedido. Un tiempo en el que se pidió al gobierno volver al rumbo abandonado desde los primeros meses de Maduro. En el que se hicieron propuestas para corregir. En el que se exigió y se mantuvo la ilusión de que se hicieran correcciones. Sin embargo hoy la realidad muestra que las cúpulas del partido y el gobierno no han querido escuchar y son responsables, por acción o incapacidad, de la grave situación que atraviesa nuestro pueblo. Y que esa responsabilidad incluye la liquidación de parte esencial de las conquistas del proceso.
Lo único que se profundizó en este lapso fue la caída del nivel de vida, la angustia y el malestar popular, la entrega de soberanía e independencia. En medio del dolor por la pérdida, creció la incertidumbre sobre el futuro y también el maltrato oficial. Pero la confusión fue dando paso a una certeza: las cúpulas no están dispuestas a cambiar, no quieren rectificar en el sentido que necesita el pueblo, pretenden mantener el engaño con un discurso cínico. Ellos, los más altos dirigentes, rompieron sus lazos con el proceso. Y para facilitar el engaño, secuestraron nuestros símbolos y consignas, nuestros espacios, nuestros derechos…
Desde luego que en el evento se afirmó que la derecha, organizada en la MUD, no es una opción.
Y así, en el debate se construyó el mensaje para salir a compartirlo con nuestros iguales por todo el país. Desde el chavismo crítico, pero transversal a todo el pueblo que vive de su trabajo, a los jóvenes que rechazan el autoritarismo y el extractivismo, a las mujeres, a las comunidades originarias, a los trabajadores que resisten los atropellos, la carestía y la escasez. Es un mensaje sencillo y directo, con la fuerza que tiene aquello que surge de la realidad. Dice simplemente: ellos, las cúpulas, No Nos Representan. Vamos a construir una nueva referencia política.
Carlos Carcione, Dirigente de Marea Socialista