El 17 y 19 de mayo se retoman con fuerza las luchas contra la reforma antiobrera, que el presidente “socialista” Hollande quiere meter por decreto. Piquetes, marchas y huelgas versus tozudez gubernamental y represión policial, la lucha de clases se tensa en Francia.
Un eje central de la ley El Khomri es que los acuerdos por empresa tendrán prioridad por sobre los convenios colectivos. También ataca otras conquistas históricas del Código del Trabajo. Como el 75% de la población francesa la rechaza, en el bloque parlamentario oficialista del PS surgieron grietas notorias.
Por eso, ante el riesgo cierto de que su ley anti-laboral no resultara aprobada, François Hollande resolvió imponerla por un decreto extraordinario tal como se lo permite el artículo 49-3 de la Constitución. Ese decreto antidemocrático confirma tanto la obstinación pro-capitalista del gobierno del PS para favorecer los despidos y la flexibilización laboral, como su debilidad política para lograr ese objetivo por las vías “normales”.
Aun así, el Parlamento francés podía haber rechazado el decretazo provocador mediante una moción de censura, que presentó la oposición de derecha. Pero los 40 diputados socialistas “críticos” de la ley no votaron dicha moción, en una maniobra para evitarle una fuerte derrota política al gobierno. Otra vez quedó en claro que la calle debe resolver lo que no resuelve el Congreso.
Paros, bloqueos y marchas
La dirigencia sindical es cómplice del gobierno. Así lo señala el compañero Wladimir Susanj, secretario general del Sindicato de Archivos de Francia (CGT Cultura) y dirigente de nuestro partido hermano La Comuna: “El gobierno valora esta ley como su bien más preciado. En cambio Martinez (CGT) y Mailly (Fuerza Obrera) defienden mucho menos el derecho social que la preservación del orden establecido. El solo anuncio del 49-3 hubiera debido provocar el inmediato llamado de la Intersindical al paro general y la marcha nacional sobre París. En el congreso de la CGT, Martinez se opuso. Y Mailly, en vez de paro propone un referéndum…”
A pesar del freno de la burocracia sindical, desde abajo la presión obrera crece. El lunes 16, los camioneros iniciaron una huelga reconductible, es decir prorrogable por asamblea. El martes 17 hubo bloqueos en numerosas rutas y piquetes en los grandes puertos como Le Havre y Nantes-Saint-Nazaire. También hubo paro en la importante refinería Total, en Donges. No circularon colectivos en Nantes, Burdeos, Marsella y otras capitales. El jueves 19 están convocados paros reconductibles de ferroviarios, aeroportuarios y otros sindicatos.
Hacia mayor confrontación
Al calor de los paros y piquetes crecen también las movilizaciones, en donde a las columnas obreras se suman las coordinadoras estudiantiles y el movimiento Nuit Debout (Noche en Pie), que más allá de sus limitaciones forma parte activa de la batalla contra la ley El Khomri. Es que los jóvenes franceses tienen plena conciencia de que si esta reforma capitalista pasa, su futuro laboral empeora.
En París la movilización del martes 17 reunió a más 50.000 personas y otras 170.000 se manifestaron en las principales ciudades del país. La justicia ha dictado órdenes de restricción y de nuevo la policía reprimió con gases lacrimógenos y palos, lo que genera una fuerte indignación popular. Sin duda, el país galo se encamina hacia una situación de mayor confrontación social. ¡Todo nuestro apoyo a la lucha obrera y juvenil en Francia!
Pablo Vasco