Nos acercamos al segundo semestre del año que, según los anuncios oficialistas, sería de «recuperación» y «desaceleración» de la inflación. Pero esa afirmación está lejos de ser realidad. El kilo de pan a 40 pesos y las facturas del agua mucho más caras que el tarifazo previsto son la penuria que cada día sufrimos millones de argentinos.
Los números que arrojan las consultoras privadas y públicas, son todos consistentes y en el mismo pésimo sentido para los trabajadores y el pueblo. Desde el 6,5% de inflación de abril en Bs As, el 19% en los primeros 4 meses del año, la caída del 10-20% del poder adquisitivo del salario, tarifazos que van del 200-400% y más. Y lo peor es que lejos de las previsiones gubernamentales, no parece haber ninguna señal de que esto se vaya a detener en un futuro inmediato, sobre todo si tenemos en cuenta que el grueso del aumento de los combustibles aún no se traslada a los precios, lo que supone que la presión inflacionaria alcista continuará en los próximos meses.
Desde el PRO siguen mandando mensajes de optimismo, que hoy más parecen promesas de campaña electoral que realidades. El jefe de su bancada en Diputados (Massot) dijo que si en diciembre la inflación no baja del 1,5% será un fracaso. El fracaso es más que probable entonces, pero ese no es el problema, sino ¿qué harán para que no siga la inflación?
Hasta ahora no han hecho más que echar leña al fuego: ya hablamos de los tarifazos, boletazos, etc., pero hay otro factor que tratan de obviar y es el de la especulación de los grandes grupos concentrados, formadores de precios, que con la devaluación del 40% aprovecharon para remarcar todos los productos, especialmente los de primera necesidad a un ritmo totalmente injustificado, ni siquiera por la devaluación o los mayores costos por combustibles, hay productos que subieron el 100% o 200% y el gobierno no hace absolutamente nada, salvo confiar en que el famoso “mercado” regulará los precios.
Es claro que el parate en la actividad económica, con descenso de la demanda y una relativa sobre oferta de bienes de consumo, tenderán a una desaceleración de la inflación. El problema es ¿a qué costo? Mientras los grandes capitalistas ya se habrán cubierto de antemano con márgenes del 300% como los supermercados, los trabajadores y el pueblo sufriremos la caída del salario, despidos y suspensiones por la recesión que se viene, etc. Son una falacia y de un cinismo increíble las palabras del Ministro de Energía, Aranguren, cuando dice que si los combustibles tienen que seguir aumentando lo harán y al que no le convenga que no compre, ya que el precio de los mismos no tiene que ver con la cantidad de nafta que le pongamos al auto, sino que como ya dijimos, sus aumentos se trasladan a los precios de todos los productos independientemente que tengamos o no auto o moto, y esto lo sabe hasta un niño.
Nuestras propuestas para atacar la inflación y la recesión.
Las medidas que se necesitan
Desde el MST venimos sosteniendo que este ajuste tiene como blanco a los trabajadores y el pueblo. Que mientras a los industriales y grandes oligarcas les da absolutamente todo lo que piden, a los de abajo nos trasladan todo el peso de la crisis capitalista. Por eso decimos que para combatir esto no se pueden aplicar medidas parciales, hay que cambiarlo de raíz.
Por un aumento de salarios, planes y jubilaciones. Contra las paritarias con techo o cerradas por decreto, proponemos un aumento generalizado de salarios, planes y jubilaciones y actualizado trimestralmente, que cubra la canasta familiar y los aumentos del último año.
Eliminación del IVA a los productos de consumo popular. Contra la limitada baja del IVA a los jubilados, proponemos la completa eliminación del IVA a todos los productos de primera necesidad y consumo masivo.
Abajo los tarifazos. Por tarifas populares para todos los que vivimos de un salario, sin las trabas que pone el gobierno para acceder a la tarifa social. No al subsidio a las empresas.
Apertura de los libros de las formadoras de precios y aplicación de la Ley de Abastecimiento. Para conocer los verdaderos costos y combatir la especulación, acaparamiento y desabastecimiento de los grandes grupos económicos como los supermercados.
Para enfrentar los despidos y suspensiones. No sirve la acotada “ley antidespidos” del kirchnerismo. Necesitamos una ley que realmente beneficie a los de abajo, con la prohibición completa de despidos hasta que se salga de la crisis, con reparto de las horas de trabajo con conservación del sueldo para combatir las suspensiones.
Que la crisis la paguen los que la generaron. Proponemos que la crisis la paguen los que la generaron y que ahora son beneficiados por el macrismo. Empezando por la suspensión del pago de la deuda, no al pago a los buitres, impuestos progresivos a las grandes ganancias y riquezas. Nacionalización de la banca y el comercio exterior, para evitar la fuga de capitales de los grandes pulpos, que en estos días debaten si tienen 200 mil o 400 mil millones de dólares en el exterior. Ninguna moratoria ni amnistía a los evasores como propone ahora Macri y que ayer intentaron los kirchneristas.
Gerardo Uceda