MST - Movimiento Socialista de los Trabajadores Lunes 27 de Agosto, actualizado hace 4 hs.

Ante la crisis de la CTA Autónoma llamamos a la unidad y cambio de rumbo

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La crisis en la CTA-A se ha agravado y amenaza con culminar en una nueva fractura. En tiempos en que se requiere la mayor articulación de fuerzas para derrotar el ajuste de Macri, sería un retroceso y una irresponsabilidad. Proponemos una política para salvar la unidad sobre bases democráticas y un cambio urgente de orientación.

Esta crisis es distinta a la que en 2010 generó la división de la CTA. Aquella tuvo un origen más político. Un sector de la central se había alineado con el gobierno K, que pugnaba por armar su pata sindical. Otro sector llamó a defender la autonomía y a enfrentar al gobierno: así se conformó la lista 1, una unidad de acción entre la agrupación Germán Abdala (Víctor De Gennaro y Pablo Micheli), nuestra corriente sindical del MST y la CCC.
Lamentablemente, hoy la disputa no gira en torno a un debate político y menos aún en un marco que garantice la discusión. Hay una división de la Abdala en dos sectores que pugnan por el control del aparato de la central. Con irresponsabilidad, el sector que lidera la dirección de ATE lanza acusaciones públicas hacia el sector referenciado en el secretario general Micheli. Esto agrava la parálisis que ya traía la Central y abre una dinámica de ruptura.

Las causas de esta nueva crisis

La confluencia lograda en la lista 1 para conducir la central fue útil para enfrentar al anterior gobierno. Las iniciativas de movilización, la crítica al doble discurso K, la correcta unidad de acción con la CGT que llevó a los principales paros nacionales en ese período, y la construcción de la multisectorial con su programa de 33 puntos, fueron pasos que, no sin debate, permitieron que la Central logre una buena ubicación en el escenario sindical.
Pero al no superarse muchos problemas estructurales y por mantener prácticas burocráticas, la central se estancó. La impotencia para fomentar una alternativa político-electoral de los trabajadores, la crisis de ATE, el cambio de gobierno con su duro ajuste y la creciente conflictividad que interpela a todas las direcciones sindicales, aceleraron la crisis que hoy pega un salto.

El trasfondo son los problemas que ya estaban presentes en 2010, que siempre señalamos necesario corregir y que hacen al modelo sindical y la estrategia de construcción. Pero nunca se abordaron ni corrigieron. Nuestra corriente los planteó en cada congreso y evento, en publicaciones y en los debates que dimos en la Mesa Nacional y demás instancias en todo el país. No se logró que la central empalme con los profundos cambios que hay en el movimiento obrero, con el activismo joven que surge en las luchas, simpatiza con la izquierda y busca un polo de agrupamiento democrático que lo incluya. No se puede seguir con un estatuto caduco, sin proporcionalidad, revocatoria ni democracia de base, es decir, sin democratizar todo el funcionamiento de sindicatos como ATE y de la propia central.
La crisis de ATE fue un detonante de la actual dinámica rupturista. Los problemas de arrastre del viejo modelo sindical burocrático llevaron a no incorporar en la dirección a las diversas corrientes que representan a diferentes franjas de trabajadores, a que se produjeran rupturas y a que esa crisis se traslade a la central.
El cambio de gobierno agravó la crisis. No se pudo debatir el nuevo escenario y definir un análisis y una política claros en un documento común para enfrentar el plan de ajuste macrista. La multiplicación de los conflictos no ha encontrado a la CTA a la altura de las circunstancias por la división de la Mesa Nacional en estos cinco meses de gobierno. Eso impidió una respuesta unificada para rodear de solidaridad las luchas y una orientación de unidad de acción.

Una propuesta para salvar la unidad

Hay que terminar con este internismo caníbal. Clarificar los debates políticos y abrir instancias más democráticas para resolver un cambio urgente de rumbo. Es nuestro planteo para salvar la unidad. Se necesita consensuar una convocatoria a un congreso nacional abierto a la participación de todos los sectores, que debata y resuelva colectivamente una salida a esta grave crisis.

  • Que garantice la discusión política con documentos y ponencias de todos los sectores.
  • Que profundice el debate sobre la unidad de acción y la política de alianzas de la central.
  • Que encare una profunda reforma de los estatutos de la CTA para incorporar la proporcionalidad a fin de integrar a todas las corrientes en base a su representatividad según las elecciones, instancias de conducción y decisión más colectivas, revocabilidad de mandatos y manejo transparente de las finanzas, entre otros puntos.
  • Que abra el debate hacia una nueva orientación que apoye todas las luchas más allá de quién las encabece, que se ponga al servicio de los nuevos dirigentes de base que surgen en los gremios, que impulse listas de oposición combativas, que esté al servicio de la unidad con otros sectores, hacia la central democrática y combativa que necesitamos los trabajadores.

Guillermo Pacagnini

cta